Bendita Obsesión- Namgi

El Lado Descubierto

POV Min Yoongi

Sentí unos labios recorrer mi piel de manera desesperada, unas manos tocar todo mi cuerpo, trazando caminos inesperadamente íntimos que lentamente fueron llenando mis sentidos, aumentando mi temperatura y apartándome de las garras de Morfeo, volviendo la situación más real , estupidamente real.

Mi cuerpo reaccionaba a las caricias de Namjoon quien al parecer se levantó caliente, como si lo de ayer no hubiera sido suficiente para ambos, satisfaciendo nuestro deseo sexual y gastando todas mis malditas energías... así que sí, no solo se tomó el atrevimiento de despertarme, sino que continuaba con sus intentos de pertenecerle de una forma u otra. De mala gana me desperté con un muy, pero muy mal humor.

- ¿Qué crees que estás haciendo tonto?

- Hyung... tengo mucha hambre, verte en mis brazos solo aumento mis ganas de poseerte de nuevo... ahhhh... una... otra y otra vez, hasta que no exista el tú y el yo, sino nosotros...

Me beso en los labios tan apasionadamente que por un segundo se me olvidó que estaba a punto de tirarlo de la cama de una patada, atarlo a una silla, amordasarle esa boca insolente y seguir durmiendo como si nada hubiera interrumpido mi sueño.

- Déjame quieto estúpido pervertido... Uhmmm- Me mordió el cuello, cambiando nuestras posiciones y dejándome a su merced entre el colchón y su cuerpo, evitando con su peso que pudiera moverme y huir.

- Nooo... quítate, al menos déjame bañarme... me siento pegajoso y lleno de sustancias de las cuales me quiero deshacer... Quiero bañarme, no huelo bien... así que al menos déjame asearme adecuadamente, y despues intenta lo que quieras... pero primero el baño.

- Hay Yoongi- Hyung... Me excitas más así... envuelto en nuestros fluidos... porque me demuestra que el hecho que estés aquí no es un sueño, todas las marcas de tu cuerpo y ese olor tan fuerte a sexo... lo único que haces es aumentar este deseo de fundirme en ti, penetrarte y volverte todo un desastre por todos estos sentimientos reprimidos- Me dijo de manera sensual en mi oido al tiempo que mordia el lóbulo de mi oreja haciéndome temblar de anticipación- Pero debes saber hyung... que cada uno de mis roces y miradas, no solo son consecuencia de este deseo abrazador... no, este deseo no es nada comparado a todo lo que hay más allá de ello, tan profundo, tan oscuro y tan denso, que cuando te des cuenta, ya estarás perdido... de hecho.. uhmmmm ya estás perdido mi tierno y precioso gatito.

Sus manos bajaron por mi pecho, abdomen, hasta llegar a mis piernas para levantarlas y penetrarme lentamente, sin ninguna preparación anterior, y sin ningún otro objetivo más que continuar fundiendo nuestros cuerpos hasta saciar su increíble sed de mí.

- Ahhh Yoongi... tu eres todo lo que yo necesito en esta vida para estar bien... si tu estas todo lo demás tiene sentido... te amo, como no imaginas realmente cuanto, y desde hace tanto tiempo que siento que mi corazón no soportaba más tu ausencia... no quiero separarme de ti ni un segundo, si pudiera te ataría a mí de todas las forma posibles para que el mundo sepa que tienes dueño y que eres dueño de mí... solo tú amor mío... solo tú el ser que más admiro, mi verdadera estrella, mi musa, mi canción favorita.

Continuo penetrándome lento y duramente, mientras me besaba y bañaba con palabras dulces y delirantes, tan empalagosamente cursis que hasta mi razón se nubló por completo, y solo deseaba que pudiera hacer realidad todas y cada una de sus palabras, fundiéndolas en mi cuerpo como si fueran tatuajes de fuego que marcaban mi piel y encadenaban mi destino al suyo.

Suyo gritaba mi corazón, suyo murmuraba mi mente, suyo deseaba mi piel. Todas sus palabras despertaron el fuego en mi interior, por lo que con las fuerzas que no creí que tuviera, invertí nuestras posiciones y lo monté apasionadamente, moviendo mis caderas en un vaivén que hacía que de sus ojos se viera reflejado el fuego en su interior. El apretaba mis caderas tan duramente, que sin duda dejarían marcas, reforzando y profundizando mis movimientos, provocando que su gran miembro se perdiera aún más en mi interior, creando oleadas de placer que recorrían cada fibra de mi cuerpo, volviéndome sensible a sus roces y miradas, bebiendo cada uno de sus gemidos y gruñidos, hasta culminar en una gran orgasmo que drenó toda la energía que me quedaba.