Coraline 2: Fearless

Capítulo 5: desayuno

Me miro al espejo. Tengo el rostro completamente demacrado por las heridas.
Cojo el botiquín de primeros auxilios,  me aplico la pomada y una gasa. A pesar de que las heridas de la cara se pueden cerrar, hay una que es tan profunda que       efectivamente se tiene que coser.
Agarro la aguja de los botones y empiezo a coser. El dolor es insoportable y noto como mi ojo sin botón se humedece.
Cuando termino, me acerco al espejo a mirarme. No van a ser fáciles de cerrar, pero algo es algo.

En ese momento oigo la puerta del baño abrirse. La Otra Madre me mira.

- Ven conmigo. Si no vienes, será peor - amenaza-.

- De acuerdo - respondo sonando segura-.

Caminamos por el pasillo hasta llegar a la cocina. Me hace un gesto con la mano para que me siente. Alzando una ceja, me siento con cautela.

Me trae unos pancakes y un vaso de leche para luego sentarse.

- He oído todo lo que pasó en el baño. Me sorprende tu habilidad de defenderte, aunque como bien sabes nunca dudé de ello-.

- Esos niños querían coserme botones. Uno me cosió uno y...-me sale una lágrima-.

-Lástima que no fueran los dos-.

- Por tu maldita culpa tengo este botón y  cortes por toda la cara, moratones en el cuerpo y heridas casi incurables -digo eufórica-.

- Te pido disculpas por eso. Era la única manera para conseguir... el objetivo - pronuncia con énfasis la última palabra-.

- No quiero tus disculpas. No me interesa tu objetivo ni nada relacionado a ti. Quiero que me dejes en paz a mí y a todos los niños. -.

- Eres mi víctima más difícil y como dije anteriormente no me rendiré. Necesito alimentarme de los niños-.

Al decir esto se levanta y empieza a lavar los platos. "Le encanta jugar, pues yo le voy a demostrar quién es buena jugando".

- Ya que te gusta tanto jugar, juguemos a un juego. Tienes que preguntarme cosas de ti y yo tengo que responder - anuncio con valentía-.

Ella no se gira pero noto su expresión.

- De acuerdo, suena divertido. Pero si fallas sólo una, te coso el otro botón - ríe-.

Trago saliva, y asiento, sólo porque no tengo opción.

- Muy bien, primera pregunta: ¿Cómo me llamo?-.

Yo me quedo pensando. Siempre pensé que era La Otra Madre, pero el gato me dijo que se llamaba la bruja, o en inglés The Beldam.

- La Bruja- contesto-.

- Guau Coraline, confieso que me sorprende tu inteligencia. A pesar de que no es mi verdadero nombre, es correcto -.

Suspiro con alivio, pero sé que no he de cantar victoria. Aún no.

- ¿Cuántos años tengo?-.

Sé que ella caza niños desde el siglo pasado, por los niños de las almas perdidas. Más o menos unos 500 años.

- Aproximadamente unos 500 años - digo, temiendo a mi afirmación-.

- 550. Pero soy generosa, porque has estado muy cerca-.

- No pienso agradecerte nada- digo arrepintiéndome de mi impulsiva osadía-.

Gracias a dios ella no se inmuta.

-Última pregunta: ¿Por qué cazo niños?-.

Por suerte creo saber la respuesta, así que decido arriesgarme. A estas alturas no tengo nada que perder.

- Cazas niños porque así creces. Es tu alimentación. Les coses botones en los ojos porque como los ojos son las ventanas del alma, los arrastras contigo a tu mundo para que así se queden para siempre contigo. Crees que así su vida mejora, en tu mundo. - afirmo-.

Ella se queda quieta y hace una mueca.

- Felicidades Coraline, eres muy inteligente, ya veo que has tenido tus herramientas para conseguir la información. Has ganado esta vez, pero recuerda que el último en reírse es el mejor, y te aseguro que mi risa la escucharás - amenaza-.

Asiento y ella sonríe de repente.

- Desayuna querida, tienes que estar hambrienta - indica-.

- ¿Cómo se que no está envenenado?- pregunto con desconfianza-.

- La última vez te lo comiste. Juro que no lo está por mí misma-.

Agarro el tenedor y cuchillo y pruebo. Al comprobarlo sigo comiendo.

"No voy a caer otra vez" - me digo a mí misma-.

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