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Lindo...

"Devastado" es una de las muchas palabras con las cuales Takemichi se identifica en este momento.

"¿Por qué no él?" Se lo ha estado preguntando desde que lo ingresaron al hospital.

Una pierna fracturada y una que otra costilla rota, muchos dirían que tuvo suerte al no tener tantos daños en un accidente automovilístico donde las posibilidades de que saliera vivo eran casi nulas. Quizás si tuvo suerte, pero él no lo ve así.

Mikey había llegado aún más grave que él, decían que quizás y llegue muerto al hospital, no tenían esperanzas a que viviera.

Se sentía culpable, demasiado. El camino que hacían de la institución al parque no era la gran cosa, pero si él no hubiera pedido ir a ese lugar antes, tal vez el rubio cenizo no estaría al borde de la muerte, tal vez aquellos a los que consideraba sus amigos no lo estarían insultando, tal vez él no estuviera llorando y pidiendo morir.

"¿Qué haré si lo dan por muerto? No podré perdonarmelo", piensa.

No sabe que más hacer, quiere insultarse a si mismo por no insistir en bajar la velocidad, pero siente que no tiene el derecho de hacerlo.

Todos lo insultan, y cree que lo merece porque realmente fue su culpa.
Fue culpa suya el que aquel chico esté en este momento entre la vida y la muerte.

—¡Es tu puta culpa que Mikey ahora mismo esté así! ¡Si él muere, yo mismo te mataré!

Sabe que lo merece, pero aún así duele, duele que aquellos a los que amaba y les tenía extremo cariño y respeto le estén diciendo eso.

Estaba apunto de llorar, lo sabía porque sus ojos azules se cristalizaron y sentía como las lágrimas se acumulaban ahí, tenía un nudo en la garganta que le impedía el paso a las palabras. No quiere romperse en llanto en este momento, no quiere llorar en frente de sus amigos.

Se reprime esos sentimientos de desesperación y tristeza, no se siente capaz de llorar cuando la gente que está delante de él llora a mares por el bienestar de su comandante y amigo.

¿¡Ah!? ¡Baji, detente!

Después de escuchar aquello, ve como un puño se aproxima a su rostro, oh, lo van a moler a golpes en un hospital.

Su cabeza da vueltas, todo su rostro está lleno de golpes, su ojo se torna de un color violáceo y sus mejillas están rojizas e hinchadas. Un hilo de sangre cae por la comisura de su labio inferior izquierdo el cual está roto, apenas puede mantenerse despierto.

Viendo el caos que había ocasionado, Mitsuya parecía gritarle un sinfín de cosas a Baji, mientras esté miraba con cierto rencor y odio a Takemichi.

Chifuyu estaba cerca del rubio teñido preguntándole algo, pregunta que no obtuvo respuesta pues Takemichi aún aturdido solo podía ver, su sentido del oído había dejado de funcionar o quizás se negaba a escuchar lo que sucedía a su alrededor.

Agradece eso internamente, no quiere escuchar nada de gritos y reclamos, no le apetece en ese momento, no después de haber recibido tremendos golpes por parte de Baji, quien no se hubiera detenido de no ser por Mitsuya y Pah, quienes lo alcanzaron a detener antes de que siguiera golpeándolo.

Desvía la mirada de su socio hacía la entrada de su habitación, y como se maldice al hacerlo, ahí mismo se encontraba Draken mirándolo, en su mirada se podía ver tristeza, decepción, enojo y más emociones revueltas.

No supo como reaccionar, viendo a Draken en frente de él, solo pudo recordar todo lo sucedido, el accidente y a Mikey luchando por vivir.

Oh, ahora recordaba por qué se sentía tan miserable. Ya no pudo retener las lágrimas, simplemente las dejó ser comenzando a caer como una cascada sin fin. Le dolía, le quemaba eso.

Su pecho subía y bajaba de manera rápida, el aparato que media sus latidos mostraba como su corazón latía de una manera acelerada.

"Perdón" se disculpo internamente.

"Fue mi culpa que ahora tu mejor amigo esté en ese estado" Volvió a culparse.

"Lo siento tanto" Aquella oración y sus sinónimos se repetían como un mantra en su, ahora, inestable mente.

No podía parar de llorar mientras observaba a Draken, quería morir.

—¿Compañero?

—¡Hakkai! ¡Rápido, ve por un doctor! 

Sus párpados pesaban y lentamente los comenzaba a cerrar, en ese momento se dio cuenta. ¿Uh?, ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué ahora todos lo veían?

Soltó un quejido de dolor, ¿desde cuándo respirar dolía?

Su corazón latía desenfrenadamente y su cuerpo comenzó a temblar.

Seguía llorando y parecía que las lágrimas no acababan.

—¡Compañero! ¡Por Dios, respira!

"Tengo miedo, miedo de perderte, de ya no tenerte conmigo. No te vayas, no me dejes".

 No te vayas, no me dejes"

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Mírame solo a mí  | Mitake [Pausada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora