La Fiesta

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Akira estaba de nuevo frente al edificio de Makoto, esta vez esperando a que la chica saliera. Tenía puesta la misma ropa que se había puesto para la cita, solo cambiando la chaqueta negra por la blanca. Recuerdos de lo que había pasado la noche anterior bailaban en su cabeza. La mañana había sido igual de increíble para el chico, ya que se despertó junto a su muy hermosa y aún bastante desnuda novia. Había intentado despertarla con un beso romántico, pero eso los había llevado a otro largo episodio de caricias, besos y frenesí. Makoto parecía sentirse más segura de si misma esta vez, intentando hacer que su novio se sintiera muy satisfecho, pero sin llegar a hacer el amor completamente.

Je. Mientras esperar sea así de divertido, no me voy a quejar. Pensó Akira mientras sonreía.

Makoto bajó y abrió la puerta. Llevaba puesto el vestido corto y rosado con una chaqueta y botas negras. El conjunto la hacía ver más joven de lo que era, casi angelical. Akira se le acercó y la besó sin decir una palabra antes.

"H-Hola!" dijo Makoto. "Eso quiere decir que este vestido también te gusta?"

"Te ves increíble. Claro que me gusta."

"Ummm... pero cual te gusta más? Este o el que tenía puesto anoche?" dijo Makoto, mientras daba una vuelta con actitud juguetona.

Akira la abrazó y le susurro al oído. "Pues... creo que prefiero lo que tenías puesto cuando nos despertamos."

Makoto se sonrojó. "Eres terrible!" le dijo al chico, sonriéndole.

Se quedaron parados abrazados, quietos por un minuto. Los dos se estaban preparando mentalmente por lo que iba a pasar. Luego caminaron hacia el metro, Akira apretando la mano de Makoto tan solo un poco más fuerte de lo normal.

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Sae tomó un sorbo de su café. Estaba sentada en una cafetería, vestida con ropa extraña y una peluca. El sargento que estaba sentado con ella, también disfrazado, no pudo evitar pensar que aún como estaba, la mujer se veía hermosa. Trato de pensar en otra cosa apenas se le ocurrió. Las cosas no habían salido bien para los pobres idiotas que habían tratado de iniciar algo romántico con Sae.

"Sabe..." dijo el hombre en voz baja. "Pueda que todo este esfuerzo no sirva para nada. Aunque él venga, no es como si fuera a llegar caminando por la calle como si nada. No tenemos motivo para irrumpir en el lugar, tampoco una orden de cateo. Fiscal Niijima, como se supone que vamos a atraparlo?"

"Nos quedamos aquí y buscamos a alguno de sus cómplices, uno para el que tengamos orden de captura. Él pueda que sea cuidadoso, pero algunos de los tipos que trabajan para él son unos completos imbéciles." respondió Sae. "Después de reconocer al cómplice, lo dejamos entrar, irrumpimos y con algo de suerte lo capturamos a él y a toda la basura que lo acompañe. Ya se que no es una apuesta segura, pero es la oportunidad que he estado esperando."

"A que se refiere?"

"He dejado de perseguirlo el último par de meses a propósito, para darle una falsa sensación de seguridad y así lograr que salga de su fortín en Shibuya. Si los reportes que tengo son correctos, parece que dio resultado."

"Ok. Entonces esperemos. Es una pena que aunque lo arrestemos, los cargos sean tan débiles, no cree? O sea, todos sabemos las cosas horribles que hace el tipo, y todo lo que pudo probar fue evasión de impuestos?"

"Lo se..." dijo Sae suspirando. "Esa porquería de hombre es muy bueno para cubrir sus huellas. Por eso es que necesitamos capturar a cuanto maleante encontremos. Alguien va a acabar hablando. Solo necesito un poco más de evidencia y lo voy a mandar a prisión de por vida. Yo se que lo voy a lograr."

Persona 5: El Delincuente y su amante: Edición CompletaWhere stories live. Discover now