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THOMAS tenía miedo de preguntarte sobre tu vida sexual antes de conocerlo; ¿Y si no fuera tan bueno como los demás? ¿Qué pasa si él se molestó por la idea de que alguien más te toque así y te diste cuenta? Pero sus preocupaciones desaparecieron cuando le dijiste que solo habías llegado a besarte y tocarte la ropa con otra persona.
Le dijiste que te estabas guardando para alguien en quien podías confiar que te cuidaría y que realmente te amaba por lo que eras, y ese alguien era él. “Cuando estés listo, Tommy”, dijiste, “yo también lo estaré”.
Thomas decidió que el día tenía que ser algo especial, no cualquier miércoles, jueves o domingo, tenía que ser significativo para los dos. ¿Un aniversario, tal vez? Thomas era terrible cuando se trataba de citas, pero siempre recordaba el día que te conoció y el día que ustedes dos se juntaron. A la mierda, simplemente elegiría el que estuviera más cerca ya que no podía esperar mucho más.
Ustedes dos siempre cenaban lejos de la familia en los aniversarios, por lo que Thomas vio que era el momento perfecto para sacar el tema. Se sentó a tu lado, su rodilla tocando la tuya, su mano sosteniendo la tuya, tú solo un poco lejos de él. Todo lo que tenía que hacer era preguntar.
“Tommy, cariño”, dijiste, “¿estás bien? Realmente no parecías estar aquí hoy. ¿Hay algo mal?" Thomas se apresuró a negar con la cabeza. "¿Estás pensando en algo, entonces?"
Lentamente bajó la mirada hacia la mesa, asintiendo con la cabeza. "Yo estaba, um", comenzó. Thomas se inclinó hacia ti mientras miraba con cautela hacia la entrada de la cocina. Te acercaste a él para que pudiera susurrarte al oído. "Te deseo."
Su aliento era cálido contra tu cara, haciendo que sus palabras fueran más calientes. Sentiste que tu coño se contrajo. "Oh, ¿quieres eso?" Thomas y tú os habíais reclinado y mirado el uno al otro. El asintió. “¿Quieres eso ahora? ¿O esta noche después de que todos estén en la cama?
"¿Cuándo lo quieres?"
Sonreíste y besaste su mejilla, susurrando, "ahora".
