Capítulo 31

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Louis

Me duele todo: el cuerpo, los ojos, el corazón.

Debe de estar aterrorizado. Seguro que me está llamando.

Corro hasta mi coche y, por el camino, telefoneo a Emma.

-¿Hola?

No es la voz de Emma.

-¿Niall?

-Oh...

Frunzo el ceño.

-¿Dónde está Emma?

-Eh... Se está despertando.

De pronto, todo encaja. Emma no habría dejado salir a Hazzy de casa si hubiera estado en condiciones físicas de hacerlo, lo que significa que no lo estaba.

-¿Qué le habéis hecho?

-¿Nosotros? ¿Qué has hecho tú, capullo? -replica mordaz. Tengo que armarme de paciencia para no perder el control-. El padre de Harry le dijo que estabas casado.

-Cállate, Niall -lo interrumpo con los dientes apretados, maldiciendo a Hazzy por ser tan tozudo e impulsivo.

Noto que su amigo no menciona a Cristina. Hazzy no lo sabía; por eso se sorprendió tanto al verla. Styles sólo descubrió mi matrimonio con Mónica; se le pasó por alto algo tan grave como que tenía una hija. Seguro que pensó que con lo que sabía ya tendría bastante para romper mi relación con su hijo.

-Han raptado a Hazzy -anuncio.

-¿Qué?

-¡Que lo han secuestrado, joder! Pásale el teléfono a Emma. -Pongo el coche en marcha y no me molesto en esperar a que el semáforo se ponga en verde. Hago sonar la bocina para que los sorprendidos peatones se aparten de mi camino-. ¡Moveos!

-¿Louis? -Emna parece agotada y, por un instante, me pregunto qué coño le habrá hecho Hazzy, pero no tengo tiempo para entrar en detalles.

-Han raptado a Harry.

Giro a la derecha; tengo muy claro adónde voy. La sangre me corre por las venas densa como el veneno, amenazando con hacerme perder los papeles sin remedio.

-¡Oh, no! ¿Dónde estás? -pregunta Emma, obviamente preocupada.

-Estoy a punto de cargarme a su padre.

-Joder, Louis, no hagas ninguna tontería.

-Demasiado tarde.

Dejo el coche en una zona donde está prohibido aparcar, junto a la torre Styles, y corro hacia la entrada principal. Cuando llego a las puertas, las empujo con decisión. El vidrio choca contra la pared con estrépito. Todo el mundo enmudece y se vuelve a observar al hombre con aspecto de asesino que acaba de entrar.

Yo miro al frente, hacia el arco de seguridad y el viejo que se encarga del escáner. Cuanto más me acerco a él, más se le abren los ojos. Al final, se levanta del taburete en el que está sentado. No le doy la oportunidad de detenerme. Echo mano a la espalda y saco la pistola. Le apunto a la cabeza y sigo avanzando. Ni siquiera necesito amenazarlo verbalmente.

Es un tipo listo y retrocede con las manos levantadas y unos ojos como platos.

-Eh, amigo, tranquilo...

Gruñendo, cruzo el arco de seguridad y sigo mi camino, dejando atrás el sonido de las alarmas, que se han vuelto locas. Llamo el ascensor con el cañón de la pistola y una de las puertas se abre inmediatamente. Entro con aspecto de ser el hombre más calmado del mundo, a pesar de que por dentro el caos se ha apoderado de mí.

El Protector [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora