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A medida que los días pasaban, el clima se hacía más frío o mas bien, otoñal. Definitivamente la época del año favorita de Vance, después de verano. Hablando de él, se encontraba sentado en un banco de su parque favorito, justo al lado del edificio donde trabajaba su padre.

Por la tardes, cuando la tienda de conveniencia esta cerrada, anda hasta este parque por dos razones. Una porque ese parque estaba lleno de árboles y no solía haber gente y dos porque algunas veces, su padre salía pronto del trabajo y le gustaba ver a Vance esperándolo tan tranquilo. Después en el resto del día suele ser gentil y amable con él.

Esta vez, estaba ahí porque quería disfrutar viendo las hojas caerse de los árboles. Suspiraba suavemente y movía sus ojos azules para observar cualquier movimiento.
A veces le caía alguna que otra hoja en la cabeza y se la quitaba.

Al cabo de unos minutos se fue cansando de que le llovieran encima las hojas y se levantó de golpe para después pisar las hojas debajo de sus pies con fuerza y rabia. Cualquier persona que le viera pensaría que estaba loco por pisar con tanto odio a unas pobres hojas de árbol.

Después de esa acción se marchó de ahí con las manos dentro de los bolsillos y maldiciendo su segunda época del año favorita. A paso lento, anduvo hasta su escuela.

...

Cuando llegó vio lo de siempre, gente cuchicheando sobre él y otros cambiando de dirección para no tener que acercarse a él. Estaba acostumbrado a que nadie quisiera estar cerca de él y nunca se cansó de eso. Al contrario, siempre disfrutó su soledad y siempre la disfrutaría.

A pesar de escuchar muchas voces a la vez, logró escuchar por enmedio de unas una cosa que si le llamó la atención. La desaparición de 2 chicos de su misma escuela. En su mente les llamó débiles y sonrió levemente.

Después un profesor le llamó desde el otro extremo del pasillo y Vance no iba a acercarse para escuchar algo que seguramente no le interesaría, el profesor se vio obligado a acercarse y la noticia que le dió no era tan agradable.

La directora exigía su presencia.

Esa vieja era una pesada. Solo faltaba poner su mesa en su despacho de las veces que le llamaba. Algunas veces era completamente innecesario, como la vez que le llamó para aconsejarle un psicólogo para sus problemas de ira.

-Vance, ¿me estas escuchando?- Elevó la voz el profesor poniéndole una mano en el hombro.

Vance salió de sus pensamientos de golpe y apartó la mano del mayor de una manera bastante descarada. -¿Por qué no se va a la mierda?.- Vance no era un buen oyente y por eso dijo con mas odio de el que se merecía ese profesor dando media vuelta pero mirando de reojo al mayor.

Y otra cosa que tenía clara, era que no iba a visitar a la directora. Sabía perfectamente que le iba a hablar de la pelea de la tienda de conveniencia y no le apetecía escuchar otra bronca. Suficiente tenía con el castigo de su padre. Que por cierto, por culpa de eso se sentía un poco débil y cansado.

Incluso cuando se sentía así y tenía todas las ganas de alimentarse, prefirió obedecer a su padre y no comprarse comida hasta que él salga del trabajo y le diera permiso para comer. Después de eso se sentía orgulloso de si mismo y podía estar mas calmado durante el día.

-Hopper.-

Al escuchar su apellido, se giró hacía la persona que le llamaba. Esta persona no era nadie mas ni nadie menos que el profesor de antes que le había estado siguiendo. -He dicho que la directora te busca.- Le repitió firmemente.

Vance solo levantó el dedo corazón y siguió andando. Antes de dar un paso mas, el profesor le sorprendió con una amenaza. -Si no vas ahora mismo al despacho de la directora, voy a ponerte una incidencia.-

Where Is My Freedom?!Where stories live. Discover now