Parte sin título 4

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Tres llamadas, y cinco tareas innecesarias después, la rubia se encontraba caminando detrás de Evelyn, quien estaba en su pose habitual de comerse al mundo, a punto de entrar a las oficinas de inmigración de los Estados Unidos.

Está demás decir que el departamento de inmigración estaba completamente lleno. Al entrar la ojimarron camino al final de cola, sola para que un segundo después caminar hacia al inicio de la fila con Mati siguiéndola.

-Ven acá. – le ordeno Evelyn.

- Evelyn... No lo hagas. – Contesto la rubia. - Shh... Que vengas. – La calló Evelyn.

- Solo quiero preguntar algo. – dijo cuándo le quitó el lugar a la persona que seguía para ser atendida –Quiero solicitas esta visa, para esposa. – una sonrisa adornó su rostro mientras le entregaba el folder que incluía la solicitud al señor que la iba atender.

- ¿Señorita Evelyn?

- ¿Sí? – volteó a verlo

- Vengan, acompáñeme. – le hizo señas con la mano para que lo siguiera.

El señor llevó a ambas mujeres a una oficina y les dijo que esperasen un poco, ya que alguien debía hablar con la castaña. Ambas llevaban ya cinco minutos dentro, cuando la rubia decidió romper el hielo y hablar.

- Tengo un mal presentimiento. – dijo observando el lugar en el que estaban.

Evelyn, en comparación a la rubia, estaba lo más tranquila posible revisando sus mails desde su celular. Sin embargo, cuando Mati habló, lo único que hizo fue mirarla con una ceja alzada; no estaba acostumbrada a ver a la rubia tan negativa, así que solo suspiró y trató de ignorarla, como siempre hacía. Entonces, alguien tocó la puerta asustándola. Ella levanto la mano como saludo.

- Hola. – dijo ella al ver a un hombre de traje gris que se adentraba a la oficina

- Hola, hola. Soy Gilbertson. – se presentó – Usted debe ser Matilde. – dijo al ver a la rubia sentada – Y usted debe ser....Evelyn.

- Evelyn.

- Disculpen la espera, es un día de locos. – comentó con disgusto para después rodear su escritorio y sentarse

-Si, no hay problema. – respondió la rubia.

- Por supuesto, claro, entendemos y no sabe lo mucho que le agradecemos que nos concediera una cita ahora. – dijo la castaña con una sonrisa.

Él hombre tomó el folder que traía en sus manos y comenzó a hojearlo mientras hacía un sonido molesto con la boca. Entonces cerró el folder y las miró a ambas.

- Les tengo una pregunta. – recargó sus codos en el escritorio – ¿Están cometiendo fraude para evitar que la deporten y poder conservar su puesto en la editorial Coldent?

- No, es ridículo. – respondió Mati.

- ¿En dónde escucho eso? – preguntó la pelinegra luego de removerse incomoda.

- Nos lo notificó un hombre llamado... - abrió el folder para buscar el nombre, sin embargo, la castaña se le adelantó

- ¿No sería Fernando Herrera?

-Fernando Herrera. – confirmó

-Fernando, pobre Fernando. Yo lo lamento. – negó con la cabeza – Fernando solo es un amargado, ex empleado y me disculpo por el. Se que está increíblemente ocupado con una sala llena de jardineros y repartidores que atender. – la rubia apretó los labios al oírla – Si nos da una segunda cita lo dejaríamos y nos iríamos.

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⏰ Last updated: Nov 04, 2022 ⏰

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