The Love is... - (YIZHAN)

5

Los ojos de Yibo recorrían la cocina como si fuera un lugar jamás explorado, se cuestionaba una y otra vez qué era lo que tenía que hacer, pero simplemente ninguna respuesta llegaba a su sistema.

—¿Papá?— Llamó desde el último escalón de la grada un adormilado Jackson.

Yibo al estar tan perdido en sus pensamientos que la voz de su pequeño no fue atendida, Jackson al ver que su papá no le prestaba atención, termino de bajar las gradas y se posicionó al lado de la su papá a quien escuchó soltar un suspiro, suspiro que el pequeño copio. Un rato después de haber soltado el suspiro llevó sus manos a sus caderas y las dejó posando en forma de jarra, Jackson vio la acción y la copio. Los dos inclinaron su cabeza hacia el lado derecho para después regresar a su posición original, suspiraban y la volvían a inclinar.

Yibo soltó una risilla al ver por el vidrio de la estufa a la pequeña figura imitando sus acciones.

—¿Sabes hacer caldo para el resfriado?

Jackson llevó su mano a su mentón tomando una pose pensativa.

—Papi le pone jengibre y coco.

Yibi hace una mueca extraña cuando escucha esa clase de ingredientes. El no sabe cocinar, pero puede jurar que esos no son los ingredientes para una sopa.

—Creo que ese es para preparar un té, hijo.

Jackson hace una mueca, la cual no puede definir lo que le quiere comunicar en ella.

—Entonces no sé, pero papi compra pollo.

Bien, pollo, ¿Y qué rima con pollo? Así es, caldo de pollo, o eso es lo que les da Xiao Zhan cuando ellos enferman. Por primera vez les toca a ellos cuidar y no ser cuidados. En realidad no tienen problemas en hacerlo, si no fuera porque no saben cómo cuidar a otra persona. Suelta el sexto suspiro en esa mañana y se prepara mentalmente para hacer un caldo de pollo, tenía como opción subir y preguntarle a su lindo esposo, pero no quería molestarlo, pues apenas y había logrado dormir algo, ya que en la madrugada comenzó a tener síntomas de un resfriado. Así que Yibo le pidió que se quedara durmiendo prometiendo que él podía hacerse cargo de todo.

Busca de manera rápida en internet una receta para hacer sopa, son raras, confusas y tiene muchos ingredientes.

—Papi no le pone garbanzos a la sopa.

Comenta su hijo.

—Nadie en su sano juicio lo haría, nadie.

Así que recurren a su última opción; su mamá. Agradece cuando contesta al segundo pitido, vuelve a agradecer cuando le da la receta secreta para curar cualquier enfermedad. Busca los ingredientes que le dicta su madre, todo iba perfecto, hasta que su mamá pierde la señal y ya no le caen las llamadas. Tenía los materiales; sin embargo, no tenía ni la mayor idea de qué hacer con ellos.

—¿Y si llamas a la abuela?

—¡Noo, papá! A la otra abuela.

Con nerviosismo marcó el número, esperaba que su suegra todavía no esté enojada por haber olvidado su cumpleaños, con miedo marca el número. En silencio espera que la llamada no sea atendida, falla cuando es contestada después del primer pitido.

—Hola.

Retumba la voz en la bocina del teléfono. Yibo entrando en pánico, le da rápidamente el teléfono a su hijo, quien lo recibe inocentemente.

—¡Hola, abuela!

—Hola, mi bebé—. La voz del otro lado del teléfono parecía retumbar de dulzura—. ¿Cómo has estado?