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Jeno estaba que tiraba su cabello de los nervios, aunque seguramente terminaría calvo y era por eso que no lo hacía.

Ya no sólo Donghyuck estaba destrozado, sino que su lobo se había dado cuenta de la muerte de su pareja también y había tomado el control.

El lobo de Donghyuck, un hermoso animal de pelaje blanco y marrón claro de a partes, de contextura mediana, había aparecido entre sus brazos, y por más que le había pedido a gritos a Donghyuck que regresara a su forma humana, poco había podido hacer el débil y sensible humano con su parte animal, así que no tuvo más opción que apartarlo de un empujón.

Un lobo, aunque sea un omega, tan adolorido y con el corazón roto, estaba completamente perdido en sus instintos, y podría atacarlo si se molestaba.

Se mantuvo apartado mirando cómo el lobo de Donghyuck corría por la casa soltando llantos y pequeños llamados, olfateando en cada lugar, cada prenda o habitación en que encontraba el olor de su pareja, hasta salir al patio trasero de la casa y comenzará aullar, mirando el cielo.

A Jeno no podía romperle aún más el corazón aquella imagen, y se sentó en el sillón, viendo de lejos a su amigo, para llorar con él también.

Cuando estaba en su máximo punto de lloriqueo, el timbre sonó, y tardó unos cuantos segundos en reaccionar, suficiente para el timbre sonará de nuevo, se levantó apurado a atender.

Al abrir la puerta, el Beta de oscuros cabellos lo saludo con su mano, pero estaba tan roto que no pudo evitar abrazarlo también.

Para Mark apenas fue un segundo de incomodidad, aunque era más sorpresa que otra cosa, ya que eso había sido más pronto de lo que esperaba.

Si bien siempre hacia de compañero de los Omegas en sus últimos días, estaba acostumbrado a tratar con todo tipo de personas, ya que la muerte no afecta a una sola persona.

No dudo en devolver el abrazo, rodeando su cintura y colocando una mano entre su cuello y hombro para dejar leves caricias.

Muchos creían que el punto de la marca sólo afectaba a los omegas, pero para un alfa en estado tan sensible, funcionaba también, y a los pocos segundos, Jeno ya se sentía reconfortado, y se apartó, sorbiendo sus mocos para murmurar una disculpa.

-L-Lo siento.

No es necesario -Mark se encogió de hombros.

Jeno se apartó de la puerta y le hizo ademán de entrar, el Beta no dudó, escuchando los lastimeros aullidos de Donghyuck, algo en su pecho se encogió con dolor, cosa que no era normal, estaba acostumbrado a eso y nunca le había ocurrido, la sensación lo dejó extrañado dos segundos completos.

— ¿Qué ha pasado? — preguntó, Jeno ya sabía qué quería escuchar.

- Su alfa, Jung Yoon Oh, iba en un avión rumbo a Nueva York esta mañana, pero hubo un accidente- sorbió su nariz con dolor- No sé bien cuánto tiempo pasó Donghyuck hasta que yo vine, ya sabes... Las noticias de última hora tardan unas cuantas horas en salir al aire.

Mark asintió.

- Llegué y ya estaba mal, pero estaba en su forma humana todavía—dijo—. Hace una media hora que cambió y lleva un rato largo aullando... Señor Lee, es peor de lo que estaba mí abuela, yo... No sé qué hacer.

-Con la parte de "hacer algo", dejamelo a mí, yo te diré si necesito que hagas algo, no pienses en eso, tu también tienes que afrontar está situación, Jeno, no te carges la responsabilidad de cuidarlo porque para eso me llamaste, ¿Está bien?- el pelirosa asintió―. Y con respecto a su estado... Es lo normal en la ruptura de un lazo, es así de horrible.

>> Tienes que tener en cuenta que fue repentino, ambos son muy jóvenes, dime, ¿Desde hace cuánto comparten en lazo?

Más de dos... Quizás tres años― murmuró, no estaba seguro.

Es muy reciente, muy fuerte, dolerá mucho más que uno más antiguo- dijo—, dime, ¿Tuvieron cachorros?

Jeno negó automáticamente.

Mark hizo una mueca.

Ese era un punto malo y un punto bueno a la vez.

Si al menos tuvieran un cachorro, el omega se sentiría obligado a sobrevivir para proteger y cuidar de este, aunque en promedio sólo la mitad de ellos sobrevive, es un porcentaje mucho mayor a los que no tienen cachorros.

De los omegas de lazos rotos, sin cachorros, apenas el tres porciento sobrevivía.

El punto malo es que sufrían muchísimo más, ya que su alfa no los había dejado sólo a él, sino también a su hijo.

- Mark... Donghyuck es mí mejor amigo, es el mejor que me queda, ¿Sabe?

El pelinegro lo miró con ojos espectantes, esperando que terminara de decirlo.

-¿Podría hacer todo lo posible para que viva?

Ya sabía a dónde iba aquello, era un pedido normal, al menos en los primeros momentos de la ruptura del lazo, todos deseaban eso.

Luego el omega empeoraba significativamente y al verlo sufrir tanto deseaban que pudiera tener el descanso que merecía junto a su alfa.

Por esa razón Mark no sentía esperanzas de nadie, hasta ahora, ninguno de los omegas que había atendido habían logrado sobrevivir, pero tenía su fama por su trato tan humano y cálido hacia todos en y general, no sólo hacia el principal afectado, Mark trataba a todos alrededor.

A pesar de todo, Mark asintió, sonriendo un poco.
-Haré todo lo posible-respondió, con honestidad en la voz, a pesar de que ni él mismo se lo creía-. Ya lo entiendo lo suficiente, ¿Me permite ir con el Omega?

Jeno asintió con ganas y caminó hacia la parte trasera de la casa, parándose en el puerta, viendo al precioso lobo seguir llorando a la luna.

A Mark le pareció extrañamente hermoso y triste a la vez, casi como una melancólica obra de arte.

El lobo no los notó, siguió aullando.

Our last daysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora