Parte II | Un corazón de diamante

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EL SILENCIO y la tranquilidad que siempre había en su estudio le permitían a la mente de Albedo descansar de todo lo malo del mundo. De vez en cuando, le gustaba tener la radio encendida en una estación específica para escuchar el tipo de música que lo ayudaba a perderse en su inspiración. A veces, mientras pintaba, Albedo se imaginaba bailando alguna que otra canción; muy pocas veces se atrevía a bailar a solas, por alguna razón sentía vergüenza incluso cuando nadie más lo miraba, aunque no le daba demasiada importancia puesto que luego concluía que no necesitaba el baile, ya que tenía la pintura como su forma de expresión.

En un inicio, ser artista en un inicio puede ser verdaderamente difícil, especialmente considerando que hay mucha gente en el mundo buscando que sus obras fueran reconocidas debidamente, o también había quienes vendían sus obras solo para pagar cualquier cosa que necesitaran.

Albedo había sido un artista callejero que se conformaba con los céntimos que le daban por sus lienzos pequeños —porque no podía costearse los medianos o grandes— hasta que conoció a Venti. Ambos habían sido amigos de niños. Sus padres lo eran, por lo tanto, era obvio que ellos también lo serían, así funcionaba la sociedad.

Desde niño, Albedo había sido alguien muy tranquilo y desinteresado, mientras que Venti era todo lo contrario; mientras Venti se metía en problemas, Albedo simplemente lo observaba sin decir nada. Quizás fue la personalidad tan contraria que tenían lo que los atrajo el uno al otro; Venti necesitaba de alguien que le dijera las diferentes perspectivas del mundo y Albedo de un poco de diversión en su vida.

Su madre era escritora, alguien muy reconocido y cuyas obras eran aclamadas por todos, no había ni una sola persona que no la conociera y aquello era una gran presión para él. Cuando apenas estaba descubriendo su pasión por la pintura, todos murmuraban lo grande que él sería solamente por tener una madre como Rhinedottir. Trabajó verdaderamente duro para que su trabajo no fuera mediocre y que la gente no criticara sin saber.

Sin embargo, cuando dio a conocer su trabajo por las calles, la gente que pasaba y se tomaba un momento para mirar, rápidamente perdía el interés y se iban, era como si hubieran esperado algo mejor, algo que les arrebatara el aliento. En esos días, Albedo realmente se había sentido desolado y no tenía ganas de esforzarse para relucir en el mundo de la pintura, pero Venti estuvo ahí para decirle que aquello era una estupidez y que solamente se estaba dejando llevar por la adversidad. Le dio ánimos —a su manera, con un poco de agresividad y burlas— y Albedo continuó practicando; poco a poco, la gente fue comprando sus pinturas y fue mejorando cada vez más, estudiando libros de la biblioteca sobre nuevas técnicas o yendo al museo a apreciar las obras expuestas.

Había avanzado tanto y ahora era un pintor reconocido. Lo relacionaban muy seguido con su madre, por supuesto, pero la gente sabía que ambos eran diferentes en talento; Albedo estaba feliz con su vida y, sobre todo, agradecido.

Le dio unos toques finales a una de las pinturas que tenía pendientes y observó su obra una vez que estuvo finalizada. No le veía errores y sabía que, si él no notaba nada fuera de lugar, mucho menos lo harían sus clientes; nunca se molestaban en dudar de alguien que ofrecía sus servicios artísticos, no tenían idea realmente de técnicas de arte ni nada por el estilo y no deseaban dejar en evidencia su ignorancia respecto al tema.

Se relajó sobre su silla y dejó a su mente descansar del esfuerzo mental que suponía centrarse en algo cuando tenía tantos pendientes por hacer. Cerró los ojos y suspiró, dejando que la música de la radio lo envolviera.

Entonces, vio en su mente la imagen de aquel muchacho delicado y dulce con el que Venti se había encontrado la vez pasada y no pudo evitar sonreír y suspirar. Tenía tantas ganas de volver a verlo para grabarse su imagen a fuego en su mente para poder dibujarlo siempre que quisiera.

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⏰ Last updated: Nov 08, 2022 ⏰

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Lovely | Albether (Albedo x Aether)Where stories live. Discover now