Capítulo 4

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                                                                                        Capítulo 4

Espero que las agujas del reloj corran más rápido hasta volver a encontrarnos, y hay algo dentro de mí, que suelen llamarlo ''alegría'' que me hace sonreír sin motivo aparente. No recuerdo la última vez que sentí ese sentimiento pero dejo que se quede en mí, porque esta noche sera la primera vez que me escape del hospital con los del grupo.

−Te llevaremos a un lugar muy especial para celebrar tu primera escapada −me informa Lucky riéndose junto al resto −. ¿Lista?

Digo que sí, y a la vez no soy capaz de asimilar lo que siento ahora mismo. El hospital parece tener más vida al esconderse de las enfermeras y las escaleras, que siempre fueron un fastidio para mis pulmones, ahora son el mejor escondite. Trato de parecer seria pero no puedo evitar sonreír como una niña al llegar a la lavandería y sentir la textura de algo diferente a una bata de hospital. Mi carrito respiratorio me delata si salimos por la puerta principal, así que debemos hacerlo por otro lado.

Entramos a un cuarto y un niño nos recibe tan feliz como si le hubieran dicho que podrá salir de aquí ahora mismo.

−¡Chicos! −Lucky intenta que no grite pero su emoción sobrepasa su pedido −. ¿A donde irán hoy? −frunce el ceño al verme −. ¿Y ella quién es?

Flor envuelve su brazo junto al mío.

−Noa, ella es Grace. Es nueva en el club −lo saludo −. No te podemos decir esta vez a donde vamos, es sorpresa para nuestra nueva compañera.

−Esta bien, los estaré esperando con la ventana abierta.

Sonrió ante la ternura de sus palabras y al cruzar la ventana con ayuda de Logan y Lucky me despido del pequeño Noa.

Y una vez que estoy afuera respiro con profundidad, apreciando el azul del cielo y las estrellas que comienzan a salir de a poco. No sé a donde iremos pero caminamos hasta llegar a...

−¿Una iglesia? −protesto −. ¿En serio?

Ellos sonríen a la par sin agregar una palabra pero cuando entramos Lucky saluda a un hombre alto que viste de traje y me doy cuenta de que no es lo que parece. Estamos en una fiesta. Una gran fiesta, donde las luces de colores te hacen alucinar y las paredes están cubiertas por gráficas de figuras moviéndose. La personas llevan una vibra diferente en si a medida que caminan alegres con sus vasos de alcohol. Hay un escenario enorme y un Dj que hace bailar incluso a los que vinieron solo para acompañar a alguien.

−Te presento la fiesta nocturna de Greng −grita Lucky con emoción −. Sera la mejor fiesta que hayas ido en tu vida y te enseñare porqué.

Sonríe ante mi desconcierto y me toma de la mano. Flor y Logan nos siguen desde atrás mientras gritan eufóricos al escuchar una canción de reggaeton viejo. Le pregunto a Lucky hacia donde vamos y no contesta mi pregunta, simplemente subimos hasta el escenario. Los chicos saludan al Dj con amabilidad y él comienza a acercarse a mí.

−¿Tu eres Grace Eleonor, cierto? −asiento la cabeza −. Los chicos me dijeron que tienes que hacer algo diferente esta noche, ¿por que no ocupas mi lugar un rato?

Niego con la cabeza pero es demasiado tarde porque me entrega sus auriculares y me deja a cargo de la música.

−No sé que hacer.

−Sígueme a mí −el Dj apoya sus manos sobre las mías para guiarme pero de repente se acerca Lucky a interrumpirlo.

−Yo la ayudo −su semblante se vuelve serio pero al rato se posiciona detrás de mí y mueve sus manos junto a las mías con calidez.

−¿Celoso, Gilfort?

−Solo un poco.

Niego con la cabeza sintiéndome segura de dejarme guiar por él.

No sé exactamente que hacer pero no me queda nada más que intentarlo ya que comienzo a sentir la presión de la gente. Pongo un tema, la gente salta eufórica ante mi elección y algo dentro de mí se despierta. Por eso dejo que mis dedos fluyan y mi cuerpo se relaje ante el ritmo de la música. Los chicos comienzan a saltar sin parar en el escenario y la gente los imita, yo grito al sentir la adrenalina recorrer mi cuerpo. El Dj llega luego y me uno a los chicos, ellos gritan al verme y bailamos los cuatro en frente de cientos de personas mirándonos.

−¡Viva el club de los muertos, carajo! −grita Logan, con toda sus fuerzas.

−¡Viva el club de los muertos! −lo imitamos con entusiasmo.

Reímos a carcajadas y bailamos tanto que nos duelen los pies. Logan le ruega a Flor que le de un beso, y ella se resiste a decir que sí, aunque se nota que quiere hacerlo. La tensión crece entre nosotros cuando Lucky camina despacio hacia mí y me observa con cierto misterio en sus ojos.

−Aunque hagas como que nada paso entre nosotros aun recuerdo como gritabas mi nombre y me... −me susurra al oído con atrevimiento pero lo callo con un beso.

−No vuelvas a mencionar eso, ¿me escuchaste?

Lucky sonríe ante la sorpresa de mi beso.

−No podre hacerte caso si me besas así −y con eso me toma del rostro con fuerza y me besa con tanta pasión que me olvido de todo lo que pasa al rededor.

−No lo volveré a hacer −afirmo.

−Claro que lo harás.

Y desde entonces el tiempo pasa tan rápido que en cuestión de maneras que no logro comprender nos encontramos en la gasolinera.

Entramos a la tienda porque Lucky tiene hambre, recorremos las góndolas mirándonos como se miran dos personas que ocultan un amor prohibido y espero a que Lucky pague por lo que agarro.

−¿A donde vas? −entiendo las intenciones de Lucky al irse hacia la salida −. La caja esta allá.

−Shhh, hazte la tonta −me toma del hombro obligándome a seguirlo −. Ahora eres mi cómplice de robo. Si hablas vamos los dos a la cárcel.

Protesto hasta que atravesamos la puerta y nos acabamos toda la bolsa de papas fritas, pero al rato terminamos riéndonos como cuatros tontos sentados fuera de la tienda de la gasolinera mientras nos abrazamos entre todos para camuflar el frió.

−No vuelvas a hacerme eso otra vez, Lucky Gilfort −lo amenazo una vez que volvemos al hospital y me deja en mi habitación.

−No lo haré si me dejas entrar a tu habitación, Grace Eleonor.

−Vete a dormir, adiós.

−Lo intentaré, Bonne nuit,folle.





Nota de autora: Ay Lucky, Lucky. Cada vez me enamoras más. ¿A alguien también le pasa?


El club de los muertosWhere stories live. Discover now