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La habitación se sentía caliente con los dos cuerpos unidos dentro de ella. El mayor metía sus largos y huesudos dedos entre las hebras de cabello castaño y jalaba cada ciertos segundos. El pequeño cuerpo que estaba entre sus piernas engullendo aquel gordo y venudo falo. Un hilo de saliva colgaba entre sus delgados labios y el pene del pelinegro.

- Lo haces muy bien, pequeño.- Soltó una voz ronca al tocar el rostro del niño y apretar ligeramente sus mejillas ocasionando una sexy mueca sacando la lengua.- Me encanta esa traviesa lengua tuya.

El chiquillo se sonrojó al escuchar aquello y continuó con lo suyo. Se metió hasta la garganta el falo, apretaba con sus labios. Echó la cabeza hacia atrás mientras continuaba moviendo la cabeza del castaño. Sintió una punzada en el vientre, su orgasmo estaba cerca.

Salió de la boca del pequeño y comenzó a masturbarse. Apretó los ojos y tensó sus piernas mientras soltaba roncos aullidos.

- Saca la lengua, Taehyung, que estoy cerca, bebé.- Aquel apodo entrenecía al chico y obediente hizo lo solicitado. Sintió como caía sobre su lengua y dentro de la cavidad bucal hilos de semen tibio. Tragó sin problemas y le sonrió contento mientras el más alto acarició suavemente su rostro viéndolo con ojos cristalizados.

Su mirada inquisidora se suavizaba cada que miraba a ese jovencito de apenas 14 años. Se puso de pie y le tendió la mano a Taehyung para ayudarlo a levantarse. El chico mantenía la cabeza agachada y sus mejillas coloradas. El mayor levantó su rostro con su índice y besó castamente los labios de su acólito.

- Vamos, Tae, el padre Jeon nos espera afuera.- Sonrió y Tae asintió.

- Sí, padre Jung.

Se acomodaron la sotana y salieron el mayor primero, seguido del castaño presentándose frente al aludido anteriormente.

- Padre Jeon, ¿cómo está?- Saludó con una marcada reverencia al azabache.

- ¿Qué tal, padre Jung?- Saludó de vuelta de la misma manera.- Tae, buen día. Veo que has crecido bastante.

Saludó amable y tiernamente al chico mientras sacudía el cabello del bajito, quien era más pequeño que los dos adultos hablando. Si piel morena clara dejaba ver un sonrojado ligero ante aquella acción viendo de reojo la reacción del padre Jung, quien sólo carraspeó e ignoró al menor.

Los dos sacerdotes hablaban sobre sus iglesias y seguidores, quienes habían aumentado bastante en los últimos meses. Se encontraban contentos, les agradaba que la gente era de fé y católicos. También, se habló sobre verse junto con los otros cuatro sacerdotes con quiénes tenían reuniones cada ciertas semanas.

Amigos íntimos, podría decirse, fuera de la institución religiosa. Quedaron de verse en el mismo lugar de siempre. Esta vez, pidieron a Taehyung irse a limpiar unas cosas mientras hablaban de dicho tema. Nadie tenía permitido escuchar sobre dicho lugar ni las reuniones que hacían. Guardaban celosamente el secreto, sin darse cuenta que el castaño estaba espiando esta vez.

Pasadas unas cuantas horas, el padre Jeon se fue del lugar hacia su propia iglesia. Mientras manejaba, escuchaba música clásica. Gustaba muchísimo de las composiciones de Bach. Lo relajaba de todo tipo de tensiones.

Su teléfono comenzó a sonar y mientras lo buscaba, no se dió cuenta del pequeño cuerpo que iba atravesando la calle. Al notarlo, pisó con fuerza el pedal moviendo el volante hacia la izquierda para evitar golpearlo. El chico s
e hizo ovillo cubriendo sus oídos del chirrido de las llantas.

Cuando todo pasó, el mayor comenzó a tener un ataque de pánico. Temía que algo horrible hubiera pasado con el joven que se atravesó. Así que cuando se calmó un poco, salió del vehículo, vió al chico temblar en el suelo.

𝖀𝖓𝖍𝖔𝖑𝖞 - 𝕶𝖔𝖔𝖐𝖒𝖎𝖓 국민 Where stories live. Discover now