20: Energías alteradas

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Los vigilantes fueron rápidos a la hora de hacerle llegar un mensaje a su líder en cuanto el grupo estuvo a la vista. El Receso de las Nubes tenía visita. El pequeño, pero imponente, grupo de magos Nie se aproximaba con su habitual paso marcial. La rigurosa formación en rombo era liderada por el propio Nie MingJue, que se abría paso escaleras arriba sin perder el resuello. XiChen pronto dejó lo que estaba haciendo para acudir a la puerta y llamó mentalmente a WanYin para que lo acompañase. El familiar en seguida puso rumbo a la entrada, sacudiéndose el polvo de sus ropas para estar presentable.

XiChen ya estaba en la entrada, en pie esperando, cuando él llegó, justo a tiempo para ver al enorme Nie MingJue llegar a la puerta. XiChen no tardó en darle la bienvenida e invitarlo formalmente a pasar, haciendo que la barrera se abriese ante ellos. El pequeño grupo la atravesó sin problemas. La escolta se abrió tras su líder, desplegándose en una fila a su espalda. MingJue en seguida abrió sus brazos para envolver a XiChen en un abrazo que el Lan no tardó en corresponder.

Era un abrazo entre buenos amigos, que no tenían la posibilidad de verse tanto como a ellos les gustaría, y cuyo lazo era profundo y estable. Algo se revolvió en las tripas de Jiang Cheng al verlo. Un sentimiento corrosivo y visceral, que por desgracia, conocía demasiado bien. Estaba celoso. La pregunta real era ¿Por qué? No era como que su mago no pudiese tener amigos en otros clanes. Y su amistad con MingJue no era un secreto para nadie. Era absurdo sentirse así. Aun así, su incomodidad y rechazo se trasladó a su expresión facial, y el Nie no tardó en percibirla, todavía abrazado al Lan.

De entre los escoltas, apareció una figura más baja y vestida con ropa al estilo humano, con una sudadera Verde y unos vaqueros claros, Nie HuaiSang se lanzó a abrazar al Jiang. Las pupilas de WanYin se contrajeron al verlo. En vez de un jovencito, parecía que era una peste lo que se le venía encima.

- ¡Cheng Cheng! ¡Por fin puedo verte! - WanYin descruzó los brazos para rechazar el abrazo inminente.

- ¡Ni se te ocurra HuaiSang! ¡Acércate a más de dos pasos y eres hombre muerto! - HuaiSang se detuvo y le miró fijamente al pecho.

- ¿Vuelves a tener cachorros pegados? ¿Estás seguro de ser un gato? Empiezo a pensar que tienes complejo de mamá gallina... o de incubadora gigante, no lo tengo muy claro.

- ¡Vete a la mierda, HuaiSang! - le bufó cruzándose de brazos.

- Yo también me alegro de verte. - dijo dándole un golpecito en el brazo a modo de saludo. - ¡He estado realmente preocupado por no poder contactar contigo!

- Perdí mi móvil durante el ataque. - le devolvió el saludo con un suave puñetazo en el brazo - No podía contactarte, aunque quisiese.

- ¿Vosotros dos os conocíais? - preguntó MingJue desde atrás, todavía con un brazo pasado sobre los hombros de XiChen. Ambos se giraron para mirarlo, y WanYin no pudo evitar chasquear la lengua en disgusto. - ¡Con razón insistías tanto en venir! ¡Y yo que pensaba que ibas a llorarle de nuevo a XiChen para que te dejase planear maldades con JingYi!

- ¡Jooo! ¡Da-ge! ¡Te he hablado mil veces de mis amigos del instituto! ¡Nunca me escuchas! - XiChen los miró a los dos con cierta sorpresa y WanYin respondió a su pregunta no formulada.

- Tres años seguidos en la misma clase. Cada vez que este y WuXian se juntaban, acababa en bronca para los tres...

- Puedo recordar unas cuantas veces en las que las ideas eran tuyas Cheng Cheng.

- ¡No me llames así! ¡No imites a WuXian en eso! ¡Y mis ideas eran buenas! ¡El problema siempre era que entre vosotros dos les acababais dando la vuelta!

Al otro lado del vínculo.Where stories live. Discover now