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Una semana tras el parto Ari fue dada de alta. Esa noticia debía hacerla feliz, pero solo la preocupo, solo ella ha sido dada de alta, pero su pequeña aun necesitaba estar en incubadora y todos estos días las enfermeras la han estado llevado en silla de ruedas a que alimente a su pequeña para que gane más rápido peso con la leche materna, ahora yendo y viniendo cada día al hospital son tramos muy largos.

Preocupación que desapareció cuando Aye llego a Kongpop con una llave del Hotel a unas cuantas cuadras del hospital, la suite de todo un piso, cuenta con tres habitaciones, y como una de sus amenidades una espaciosa área de niños.

La familia antes del fatal accidente era de cuatro, un varón papá alfa, un varón papi omega, Kong y Ari, cuando el hijo mayor tenia cinco años, emprendieron un negocio de comida, comenzó como un puesto en una esquina, a los diez años del niño ya tenían una fonda bien concurrida en el centro de la ciudad, todo iba perfectamente bien, tanto que, para los doce, su padre pidió un préstamo importante para que la fonda se convirtiera en un restaurante, algo que mantenía como sorpresa. Siempre han sido una familia trabajadora y muy madrugadora, esa mañana de sábado padre e hijo se levantaron a las 4:30 am, día de surtir frutas y verduras frescas en el mercado, les gusta ser de los primeros para escoger lo mejor, sin embargo, ese día no llegaron a su destino.

Hoy la familia reconstruida, es de cinco, bueno seis con la llegada de Marian. Leia llego a la vida Kenai en una farmacia.

Kenai que trabajaba como promotor de Pfizer en ese entonces se encontraba acomodando las vitaminas de la marca cuando una alfa con voz ronca y un bebé en brazos de un año entro a comprar antigripales, con los ojos lloros y roja como un tomate, Kenai se acerco a tomar su temperatura, ese fue el primer día que cuido de ambos, dos familias rotas por distintos motivos se convirtieron en una.

Tanto lujo hace sentir incomodo a Kong, pero es el único que puede quedarse siempre con Ari, el trabajo de Leia, ni la escuela de Tommy está cerca.

- El agua esta deliciosa. – YeQin juega con sus pies en la piscina, los días anteriores no han podido verse, y aunque fue a visitar a Ari, no han tenido tiempo de convivir apropiadamente. – Vamos ven. – Kong ve el reflejo del atardecer en el agua cristalina antes de sentarse junto a su novio.

- YeQin ¿Cómo fue exactamente que conociste a Arthit?

- Ya te lo dije, el me busco.

- ¿Dónde?

- Pues mando a uno de sus hombres para que fuera a su empresa. – Fue así como lo buscaron a él, ¿Por qué sería diferente la forma de buscar a su chico? - ¿Vas a darle un hijo?

- Cualquier cosa, eso fue lo que dije. ¿Te molesta?

- No, porque me dijo no quiere sexo contigo. – coqueteo y beso los labios del oponente.

- Pero tendría un hijo con otra persona.

- El bebé será solo de él...

- ... ¡No!

- ¡¿No?!

- Sera mío también, mi sangre, mis genes.

- Jajaja vamos Kong, yo te daré muchos más, además ese bebé lo tendrá todo, ¿Qué podría necesitar de ti?

- ¿Qué?

- Piénsalo, Arthit Rojnapat lo tiene todo, menos lo que tú puedes darle, un hijo y de ahí en fuera ¿Por qué te necesitaría?

- No digo que Rojnapat vaya a necesitarme, pero ¿qué hay de él bebé? Es como hablar de Marian, ella va a necesitar de su padre, aunque es un hecho es un cabron que no las merece.

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