El día que aprendió

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Shingou nos dio un momento de pausa antes de seguir con los entrenamientos. La verdad, yo ya me quería ir a mi casa para descansar de todo el estrés que este lugar me estuvo dando. El entrenamiento, el golpe de Shingou y la discusión con los otros tipos era demasiado para mí. Me fui a una de las bancas más altas del lugar y me quedé ahí todo el tiempo que Shingou nos dio. Me preparé uno de los rámenes picantes con el agua que seguía caliente y traté de comer tranquilamente, pero Togata llegó para verme comer. Pensé que iba a querer preguntar alguna cosa rara, pero solo se sentó a mi lado y se quedó tranquila mientras yo esperaba a que acabara de calentarse mi comida. Le hubiese dicho algo más, pero la tranquila sonrisa de la chica también calmaba de alguna manera mi estado de ánimo. Su sonrisa era bastante linda. Se sentaba de manera recta, aunque se veía relajada. La chica daba sorpresas en su comportamiento, tal vez sea así. Una persona sorpresiva, de aquellas que nunca te esperas con que locura saldrán el día de mañana.
—Oye —la llamé. Ella volteó y me miró a la cara. Su piel era muy blanca, lo que hacía que su sonrojo se volviese más evidente. A pesar de parecer una chica albina, sus ojos eran negros oscuros, casi como los míos, y notaba más que era de mi edad, y no solo por el uniforme de preparatoria que llevaba, sino también porque tenemos casi la misma estatura.
— ¿Quieres ramen? —le pregunté enseñándole el ramen que me sobraba. Nunca me había imaginado la reacción que tendría Togata al ver el ramen picante. Sus ojos brillaron como luciérnagas y se acercó a mí demasiado y muy rápido. Le di el mío para que lo fuera comiendo y preparé el otro para mí. Comimos juntas y nos quedamos un rato más para ver a la gente que iba pasando a las inscripciones de las peleas. Para ser mucha gente, más de la mitad se iban sin una inscripción por alguna u otra razón. Shingou nos llamó y tuvimos que bajar las 13 gradas gigantescas. Llegamos hasta el suelo del lugar y Shingou empezó a hablar.
— Primero revisé algunas de sus habilidades, entrenamos muy poco y logramos nuestro lugar en la competencia, y gracias a la pequeñita discusión que tuvimos con los Red Dragons ya tenemos algo de reconocimiento entre la gente. Todo sale de acuerdo con mis planes.
Shingou se veía bastante feliz al comentar todas esas cosas, al igual que Togata, pero Badi y yo teníamos una cara bastante seria. Togata me calmó un poco después de la pequeñita discusión, pero seguía un poco ansiosa. Y Badi se veía amargado.
— Pero primero asistiremos a un evento y después seguiremos con el entrenamiento. Sus respectivas pagas.
Shingou nos dio un montón grande con varios billetes de 100 yenes, miré algo impresionada y sonriente la cantidad de dinero. Creo que fue la única sonrisa que puse en todo el día.
— Shingou, si tu no pelearas, ¿entonces quien lo hará? Los grupos de estas peleas son de 4 y nosotros solo somos 3.
—No te preocupes por eso, Togata. Ya lo tengo resuelto, pero mi luchador estrella está ocupado en mis otros negocios. Así que no lo verán hasta la siguiente pelea que es el próximo fin de semana.
— ¿Todas las peleas son los fines de semana? —pregunté mientras contaba la cantidad de yenes que me había dado.
—No, hay algunas que son entre semana, pero es más común los fines de semana y por la noche.
—Ya veo, y ¿adónde iremos?
—A ningún lado, la pelea de hoy será aquí. Yo mismo organicé la batalla entre grupos de profesionales. Para la nostalgia de algunos aficionados, ya saben, para obtener algunas ganancias y quiero que miren el trabajo que pueden hacer. Quiero que se inspiren del profesionalismo en la pelea.
"Para ser peleas callejeras, hay mucho respeto y profesionalismo" pensé.
—Se que la novata es Kiara, quiero que se dé más ideas de lo que realmente son las peleas. Ideas para dar golpes fuertes y saber buenos trucos de pelea. Pero también quiero que Togata aprenda aun más de lo que estoy seguro de lo que ya sabe, quiero que Badi mejore en todo aspecto. Necesito que mejoren. Que aprendan.

Shingou les lanzaba varias indirectas a los demás chicos y a mí me dejó confundida. Estaba empezando a creer que esto de las peleas no trataba solo de dar golpes con los puños a los demás. Y vaya que estaba equivocada. Pasaron unas cuantas horas para que llegara la noche, así que en lo que pasaba el tiempo me fui a conocer el lugar y empezar a memorizarlo con más detalle. Quería pintarlo después. Las pinturas eran bastante impresionantes y algunas parecían remontarse a periodos de tiempo muy lejanos. Veía como mucha gente trabajaba en las luces y viendo la música. Si la policía detuviese a toda esta gente por ayudar a mafiosos o estar en las peleas callejeras arrestarían a medio distrito. Era demasiada gente trabajando y apoyando a preparar el evento.

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