Enemigos desde siempre, pero en matrimonio al final.
Un empresario millonario y un jinete famoso dispuestos a fingir amor después de tanto rencor.
Un matrimonio falso que se parezca a uno real, donde se acostumbrarán a estar juntos y no querrán solt...
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«Suelo sentir frío a menudo, ya sea en verano o invierno al salir fuera de casa, pero ahora mismo, siento que el clima no está siendo el que me haga sentir algún tipo de escalofríos junto una piel totalmente erizada, estoy asustado, ¿por qué? porque Matthew no me ha dejado de ver en la mayor parte de la reunión. Y no es que diga que me sienta, de alguna forma, acosado al respecto, bueno, tal vez un poco sí, pero siento que desde que nos subimos a su auto no ha dejado de mirarme, incluso cuando traté de ser amable y preguntarle sobre su día, él simplemente me contestó con palabras cortas, él dijo que no le gustaba que las personas le contestasen de manera cortante, pero él lo hace y ahora puedo comprobar que si llega a enojar. En todo caso, siento que quiere decirme algo, pero no ha encontrado el momento para hacerlo, tal vez hice algo malo al respecto, no lo sé, da igual, es mi vida, no puede llegar y decirme qué hacer, ¿qué se cree que es? Todo esto es falso.»
Una hora más tarde...
«Bien, me está incomodando, no puedo prestar atención a la reunión donde la mayor parte del tiempo habla Sergio, es como una clase de publicidad, en mis clases suelo prestar atención a todo, y no me aburre, me parece interesante, pero ahora mismo no sé en qué tema está y tampoco sé en qué estoy metido, es más, quiero vomitar. Su atención en mí hace que me ponga nervioso, es como si veinte personas me estuvieran viendo al mismo tiempo y lo odio, ¿tendré algo en la cara? ¡esto es tan incómodo! Voy a dejar de beber tanto, me duele la cabeza, quiero morir. Ahora, sí.»
Matthew hacía origami, eran varios tipos de animales, y la mayor parte del tiempo solo hacía dos o tres cada vez que le hacía sentir algún tipo de sentimiento no deseado, en todo caso, no eran tantos, pero en este caso, eran más de treinta dobleces en forma de ardilla. Todos y cada uno de sus papeles tenían una forma de ese animal tan peculiar que le hacía recordar al menor. Y los dobleces no eran para nada delicados, eran fuertes y de muy mala gana.
Lucien tomó uno de los papeles que no había doblado, luego le quitó un lapicero y escribió: deja de verme, me incomodas.
Lo deslizó hacia él. Matthew lo leyó. Destruyó una ardilla haciéndola bolita antes de ver hacia Sergio de nuevo.
Lucien tragó grueso.
«¿Esa fue alguna clase de amenaza de muerte?»
—Sería preferible destinar el presupuesto a producir un anuncio de alta calidad. Esa es nuestra intención también.— Matthew habló esta vez llamando la atención de los proveedores y de Sergio.
«¿Cómo puede retomar la conversación si no ha prestado atención en nada? O tal vez sus ojos estaban en mí, pero su cabeza y oído en Sergio. Por todos los cielos, yo no puedo tan siquiera mantenerme concentrado con tantos sentidos funcionando de esa manera, o me concentro en una cosa, o no entiendo nada. ¿Y si es bizco y por eso sus ojos estaban en mí, pero en realidad estaba viendo a Sergio? ¿de qué mierda estoy hablando?»
