Capítulo 26

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Hoseok subió primero a la habitación, dejando a solas a JungKook con un berrinchudo alfa.

─Cariño, mañana estaremos juntos de nuevo, por ahora tendrás que esperar, no puedes estar celoso de un omega─. No contuvo su risa al hablar.

─Tengo mis razones, eso es porque eres un bebé demasiado lindo─. Abultó sus labios en un puchero.

─Y tú un pequeño celoso─. Lo beso, disfrutando la textura de sus belfos carnosos─. Buenas noches.

─Hasta mañana lindo.

Lo abrazó antes de verle subir por las escaleras. El alfa se recostó en el sillón con las mantas y almohadas que JungKook le trajo hace un rato. Para ser honestos no sabía a quién matar primero, si a Hoseok por sus chistes de mal gusto, o tal vez a Taehyung por ser la razón de que el omega se hospedará con ellos en primer lugar. Como sea, tenía que tranquilizarse, se frotó el rostro con la mano derecha, pensando en una solución y ya la tenía, a dos pasos de distancia. Mañana enviaría a Hoseok a su departamento, claro que lo haría. Ese pequeño demonio con cara de ángel estaría mejor como vecino que como huésped.




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Arriba, JungKook limpio la habitación, que aún seguía un poco desastrosa luego de la acción. Hoseok aprovechó a tomar un baño por insistencia de JungKook, quien buscó un pantalón cómodo que sirviera de repuesto para Hoseok.

─JungKook tus pantalones son pequeños, más bien algo cortos─. Dijo mirando sus piernas, ya que la prenda apenas llegaba con mucho esfuerzo a sus tobillos.

Dicho sea de paso que Hoseok llevaba el torso descubierto, JungKook desde la adolescencia era un chico que gustaba admirar la belleza física ajena, y se intimidaba fácilmente ante un cuerpo bien trabajado.

─¿Qué parte de "sal vestido" no entendiste?─. Preguntó luchando para controlar el sonrojo en sus mejillas.

─¿Te intimido?─. Hoseok tomó la toalla de sus hombros y secó su cabello antes de colocarse la camiseta.

─Tu cuerpo más bien, eres muy musculoso─. Lo observó de reojo haciendo un gesto de perplejidad.

─Y tú muy observador─. Sonrió.

Uno de los grandes placeres en su vida era molestar a los demás, en buen plan por supuesto.

Las risas y pequeñas tensiones se esfumaron dando paso a la seriedad, JungKook se sentó y palmeo un sitio a su lado para que el omega invitado hiciera lo mismo.

─Dime, ¿por qué te atacó? ─. Preguntó mirándolo a los ojos.

─Es que... intente averiguar algo sobre la misteriosa mujer, él se niega a recordar, dijo que te marcaría así que le dije que Jimin ya te debía haber marcado, se puso como loco cuando le hable de ustedes juntos─. Agacho la mirada.

JungKook suspiró, formó una línea con sus labios y dio una leve caricia en la mano del contrario.

─Mira, no es bueno hablarle de eso, él no está bien de salud─. Le explicó sobre su condición genética real y las cosas que sucedieron─. Quiero hacer todo esto de la forma más calmada posible, pienso que tal vez podré convencerlo de internarse, por su bien, y así haré que firme el divorcio con calma. Provocarlo es en vano, aléjate de él, ya tuviste tu parte en todo esto, el divorcio es algo entre mi ex esposo y yo.

Habló ante un pasmado Hoseok, quien tenía dificultad para creer todo lo que oía.

─Eres muy fuerte, Kook, pero ¿y si no acepta?─. Sintió preocupación de que su mayor fuera dañado.

─Lo hará, si él quiere verme bien tendrá que escucharme, se que podré convencerlo─. Murmuró, una sonrisa suave le adornó los labios de la forma más hermosa.

Hoseok sintió sus pálpitos aumentar, tenía que quitarse esa idea de la cabeza.

─Espero que si, yo... ¿Puedo preguntarte algo? ─. Lo miró con timidez. JungKook asintió, esperando su pregunta─. ¿Por qué no me odias? Estás ayudándome cuando no tienes ninguna obligación, creí que nunca jamás en tu vida querrías verme a la cara, y entendía el motivo, pero me abres las puertas de tu casa como si fuésemos amigos. No lo entiendo.

Hoseok tenía razón, y JungKook lo sabía, era difícil explicar una compasión de esa magnitud, ser hospitalario era un don que corría en su sangre. No tenía una razón específica, solo odiaba los conflictos y las cosas malas.

─No lo sé─. Movió los hombros hacia arriba restándole importancia─. He visto en los libros y películas que los amantes son de la peor especie, pero si vas a enojarte con alguien que sea con tu pareja, después de todo él tenía la oportunidad de negarse y no lo hizo. Ya me ves─. Rio─. No me fui corriendo detrás de mi esposo para "liberarlo de tu hechizo", ni me inventé una guerra innecesaria contigo, solo decidí escuchar y pensar─. Sonrió. Al final tenía más razones para ayudarte que para odiarte.

Sus palabras tranquilizaban a Hoseok y al mismo tiempo le llevaban a preguntarse si el omega frente a él era real.

─Se oye extraño, pero, en este preciso momento eres la única persona que tengo─. Sonrió avergonzado.

─¿La única?─. JungKook se sorprendió escuchando al menor.

─Tantas marcas y un divorcio no es algo bonito para mis padres, mi hermano prefiere ignorar mi existencia, creo que si me esfuerzo Jimin y yo seremos los amigos que supimos ser antes de casarnos, ese era nuestro destino, ser amigos que se molestan mutuamente.

Jeon sonrió, lleno de ternura, a veces la gente podía darte grandes sorpresas.

─Seguro que sí, se veían adorables discutiendo en el living─. La risa de JungKook era música en los oídos del pelilargo─. El destino pondrá las cosas en su lugar, serán buenos amigos, pero sin presiones ¿okey?

Hoseok asintió, la conversión con el omega le quitó varios pesos de encima. Ambos muchachos se recostaron en la cama, cubiertos hasta el pecho con las sábanas.

─Perdón si soy molesto, ¿puedo olfatearte?─. Preguntó acercándose.

─¿Por qué lo harías?─. Arqueo una ceja.

─Me gusta olfatear antes de dormir, los aromas bonitos me relajan─. Abrazo al omega por la cintura sin previo aviso y acercó su nariz al cuello de este.

Inhalo su aroma, mandarina dulce y suave, no era su fruta favorita pero debía admitir que le gustaba mucho. Además de ser un aroma nuevo, nunca había olfateado esa esencia en alguien más.

JungKook lo apartó, un poco nervioso por sus acciones.

─Ya me olfateaste, ahora duérmete, buenas noches─. Se dio vuelta, quedando de espaldas al muchacho.

─Okey, buenas noches─. Giro al lado opuesto.

Sonrió antes de cerrar sus ojos, tal vez intimidar un poco al omega sería un buen nuevo pasatiempo.











infidelidad › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora