Capítulo 6 || Parte II

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Siento cómo mi pecho se oprime y mi corazón late demasiado rápido. Acabo de salir de la oficina de la consejera y de repente comienzo a sudar frío. Nunca antes había experimentado algo así. Mi cabeza da vueltas y siento que los pasillos se hacen cada vez más pequeños. Veo un bebedero cerca, así que me dirijo hacia el para tomar un poco de agua, pero cada vez me cuesta más respirar. Finalmente, no puedo más y me dejo caer a un lado.

Me estoy ahogando, no puedo respirar y tengo muchas ganas de llorar. No sé si debería gritar para pedir ayuda. ¿Acaso me estoy muriendo? Mi cuerpo está paralizado y mi visión se está nublando. Creo que sí, estoy muriendo.

Estoy a punto de desvanecerme por completo cuando de repente siento unos brazos que me levantan.

- Vas a estar bien, vamos a la enfermería.- Me tranquiliza una voz, no entiendo que esta sucediendo, todo parece aplastarme.-  Rayos, la enfermería está muy lejos. Te sentaré en la biblioteca y llamaré a alguien.- Entramos a la biblioteca y me desvanecí en una de las mesas.

- Toma un poco de agua.- Siento cómo el líquido me devuelve el alma al cuerpo.

Comienzo a llorar, no puedo más. Jamás mi cuerpo había reaccionado de esta manera y toda esta experiencia me aterra. ¿Qué me está pasando?

Cuando la vi mirarme con preocupación sentí vergüenza, no me gusta que nadie me vea así y piense que soy débil. Y ahora ella me había visto en el momento más vulnerable de mi vida.

- Creo que tuviste un ataque de pánico. ¿Te pasa esto seguido?

- Nunca me había pasado.- Aún me cuesta respirar.

- Respira a mi cuenta, uno... muy bien.... dos...

Comienzo a respirar al ritmo que me indica, y siento que la presión en mi pecho disminuye. Está funcionando.

- Toma un poco más de agua.- Se arrodilla a mi altura para masajear mis brazos. Su contacto me estremece un poco. Si ya me costaba la idea de que volviera a hablarme, el que me toque es mil veces peor. - Otra vez respira, muy bien.

Mi cuerpo está volviendo a la normalidad, me siento mejor, pero estoy agotada. Se siente como si hubiera luchado en una batalla.

- ¿Llamó a la enfermera? - Con una de sus mangas limpia el sudor de mi frente.

«¿Por qué hace todo eso por mí?»

- No, no puedo, tengo que ir a clases.- Intento incorporarme, pero me detiene rápidamente.

- ¿Estás loca? Acabas de tener un posible ataque de pánico. Debes ir a casa y decírselo a tu mamá.

- Paula, por favor... Necesito ir a clases, no puedo faltar.

- No seas testaruda, luego puedes recuperar la clase.- insiste.

- Yo...- Comienzo a marearme un poco.

- ¿Qué clase tienes?

- Literatura.

- Tuve clases de Literatura ayer, te puedo enseñar la lección. Y si no quieres te puedo dar mis apuntes.

Mi cuerpo se siente tan débil que decido que es mejor estar en mi cama en este momento, ya que de seguro me quedaría dormida en clases y pasaría una vergüenza. Así que solo asiento.

- Dame la clave de tu casillero, voy a sacar tus cosas.

Agarra uno de mis brazos y lo pone encima de sus hombros, ayudándome a caminar. Llegamos a mi casillero y trato de mantenerme de pie sola, pero Paula tiene que sacar todo con una mano mientras con la otra me sostiene.

Descubriendo a MarteTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang