Mel, 2.

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A diferencia de mi, mi compañera de clase tenía el cabello rubio y era extremadamente guapa. ¿Cómo se llamaba?..¡Ah, si! Mel, de que vendrá...¿Melissa? No le pegaba mucho ese nombre.
Me sonrió un par de veces y yo le ponía esa media sonrisa que siempre me sale cuando solo soy educada. La verdad es que no tenía nada de ganas de estar ahí.
Las tres primeras clases transcurrieron con normalidad, hasta que llegó el calvario de estar sola en la cafetería...odiaba hacer las cosas sola, me sentía perdida.
Cogí un bocadillo vegetal con unas patatas de bolsa, me senté en una mesa que parecía vacía...
-Eh, tu, perdona, la nueva.- Dijo una chica con la voz burlesca y muy estricta de ojos cafés.- Ese es nuestro sitio, así que te me vas de aquí.- Hizo un gesto despectivo con la mano. Me quedé ahí plantada y me puse los auriculares. No tendré narices para algunas cosas, pero ella me había irritado.
Me toca el hombro- Perdona, ¿estas sorda?- Parece que le salieron los nervios.
-¿Es qué a caso pone tu nombre o la de algunas de tus amigas aquí?- Le escupí.
-¿Que narices te pasa a ti, mosquita muerta?.- Mi primer día y ya me tenían que hacer esto las más tontas del instituto. No supe que hacer, así que lo primero que se me pasó por la cabeza, me salió a la perfección. Me acerqué a ella, aplasté unas cuantas patatas y se las tiré en el cabello.
Ella entrecerró los ojos.- ¡Que horror! ¿Quién le hace esto a Laura Méndez?.- Gritó, yo me estaba alejando ya de la escenita y de pronto alguien me coge de la muñeca, me giro bruscamente y antes de mirar quien era, le propino una cachetada en toda la cara. Al ver quien era me quedé parada, puse la mano en mi boca que se abría cada vez más.- Lo siento..no era mi intenc..- No me dejó acabar, tiró de mi tan fuerte que tuve que salir disparada detrás suyo.
Acabamos en la parte trasera del recreo y me zafé de ella.
-¿Porque tanta huida se puede saber?.- No estaba acostumbrada a ser amable con la gente.
-Te estaba protegiendo, no me dejaste explicar después de la cachetada.- Dijo Mel después de frotarse la mejilla y poner toda su atención a mi.
-Siento mucho esa parte, creí que era...¿Paula?.- No recordaba el nombre.
-Laura, se llama Laura Méndez.- Copió el tono de su voz y ambas estallamos en carcajadas. Hacia tanto tiempo que no reía así y menos viniendo de una chica que intenta ayudarme.
-Encantada de conocerte, Mel. Y muchas gracias por la ayuda.- Le sonreí sinceramente.
-Creo que puedes contar conmigo y así no estar tan solitaria. ¿Tienes un cigarro? Así me devuelves el favor.- Ríe y me guiña un ojo.
-¿Te saltas la próxima clase conmigo?.- Le pongo cara de perrito.
-¡Hecho!- Dijo con entusiasmo mi muy amable compañera, que esperaba que le pudiese llamar amiga en poco tiempo.
Estuvimos hablando muy animadas y también de alguna que otra pena.
Ella ya se había acabado de fumar su cigarro, cuando...
-¡Eh!, ¿Qué estáis haciendo aquí? Y tu fumando, lo que faltaba. Sabéis que esta súper prohibido fumar dentro del recinto.- Dijo como una taladradora.- Y encima en el primer día de clases.
Apago rápidamente el cigarro, aunque ya no tenga sentido, ya me había visto. No sé si de dió cuenta pero la estaba mirando con ojos como platos.
-La que estaba fumando ya puedes ir al despacho del director. Y la otra le avisare a su tutora.- Se alejó dando grandes zancadas, de verdad parecía enfadada.
- Maldita Carmen, no se supone que ahora vigilan en horario de clases.- Dijo Mel bastante con cara de perro.
-Vaya pelos que me traía la señora.- Ambas reímos y supe que con ella iba a reírme hasta de los más grandes problemas. Me levanté, le di un beso en la mejilla y salí hacia el despacho del director. Pude escuchar un "suerte" muy alegre desde la lejanía, yo solo sonreí para mis adentros.
Vaya suerte el primer día, tengo ganas ya de regresar a mi casa.

en la piel.Where stories live. Discover now