Bloody Alemia [Terminado]

El collar de Huesito

Se estaba terminando de comer a su mascota cocinada cuando escuchó a su papá llegar a la casa.

—Ay no, llegó antes de lo esperado.

Agarró con la mano los pequeños restos que quedaban de Huesito y los fue a tirar al inodoro.

—¡Llegué! ¿dónde estás Alemia?

Alemia se encerró en el baño, tenía miedo por lo que acababa de hacer.

—¡Estoy en el baño!

¿Qué podía hacer una niña de cinco años encerrada en el baño? Alemia miraba fijamente la pared en posición fetal.

—¿Has visto a Huesito? no lo veo desde la mañana y él jamás ha salido de la casa.

—Espero que no se haya perdido—decía nerviosa Alemia.

Paul fue a seguir el asado solo, cuando estaba a punto de poner la carne, se fijó que había algo que brillaba dentro de la parrilla.

—¿Y esto?

Lo sacó y era el collar de Huesito. ¿Qué hacía el collar de Huesito metido dentro de la parrilla?

—¿Alemia?—llamó el padre, tocando la puerta del baño.

—¿Qué pasó papi?

—¿Sabes por qué el coll...

Paul se arrepintió, jamás pensó que su hija se comería a su mascota, así que pensó que de alguna forma, algo o alguien metió a Huesito ahí, así que guardó silencio y no le contó ni siquiera a Roxanna lo que había encontrado.

Ahora nos vamos dos años al futuro, Alemia tiene siete años cumplidos hace poco, era más sociable, pero sus ataques de comer carne de animales eran más recurrentes. Venía de vuelta de la escuela con su amiga Sasha, cuando vio un gato muerto en el piso, presuntamente atropellado.

—¿Hay algún baño por aquí?—preguntó Alemia, mirando para todas partes.

No tan cerca de Alemia y su amiga, había un baño portátil.

—Ya vengo, no te vayas sin mí—le pidió a su amiga.

Alemia sin que Sasha viera, agarró al gato y lo llevo al baño, se encerró con llave y se lo comió.

—Tiene gusanos... esto es bueno.

Después de dos minutos, salió del baño con la boca llena de sangre.

—¿Y esa sangre?—preguntó Sasha.

—Me está saliendo sangre de la nariz, es por el sol—Alemia tenía excusa para todo.

Ambas amigas comenzaron a caminar nuevamente a su destino, vivían cerca, súper cerca, eran pasos de diferencia en ambas casas.

—¿Aún tienes las tijeras que me mostraste ayer?

Paul le había comprado a su hija unas tijeras de muñeca que cortaban muy bien y se la mostró a Sasha.

—Sí, está en mi cartuchera, ¿por qué la pregunta?

—¿Me cortarías el pelo con esas tijeras? mi mamá no tiene dinero para mandarme a un peluquero.

La familia de Sasha es pobre, apenas puede mandarle un jugo en caja como colación. 

—Sí, obvio que sí, he practicado con mis muñecas, me sale bien.

Alemia llevó a su amiga a su casa y la llevó a su habitación.

—Siéntate acá.

Le otorgó la silla del escritorio que usaba para darse vueltas.

—¿A esas muñecas tú le cortaste el pelo?

—Sí, es mi práctica, quiero ser peluquera cuando crezca.

El corte de las muñecas era malísimo, pero para dos niñas de siete años, parecería de otro mundo.

Ya estando Sasha sentada, puso el espejo delante de ella y comenzó.

—¿Te va gustando?—preguntó Alemia cuando le cortó todas las mechas.

—Sí, quedó bien.

Al pasar cinco minutos, Alemia le había hecho un corte del asco, pero a Sasha le encantó. En eso llega Roxanna a la habitación para decirle que su mamá llamó y quiere que vuelva a casa.

—¿Qué te hicieron, Sasha?—preguntó sorprendida.

—Alemia me cortó el pelo.

Roxanna estaba segura de que regañarían a Sasha al llegar a su hogar, así que Sasha fue rápido para su casa.

Mientras Alemia guardaba las tijeras, se pasó a llevar con ellas y su dedo índice sangró, algo despertó dentro de ella y su impulso hizo comerse los pelos de su amiga. Sasha desde fuera miró por la ventana para despedirse con la mano y vio a su amiga comiéndose su pelo.

—¿Qué diablos?—preguntó confundida—debí haber visto mal.

Al día siguiente Alemia llegó a la escuela feliz, para ver a su amiga luciendo su nuevo corte de pelo hecho por ella, pero cuando Sasha llegó, estaba con un gorro que le tapaba toda la cabeza.

—¿Por qué traes ese gorro? hace calor.

Sasha con la cara entristecida, se sacó el gorro para que su amiga pudiera ver, la habían rapado por completo.

—Mi mamá se enojó y me rapó—le explicó Sasha.

-Continuará...-