Pelea en la cárcel

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Estamos al día siguiente, Alemia y Abigail apenas se conocían pero ya eran amigas, era la hora del almuerzo y sacaron a ambas de sus celdas llevándoselas a la zona de comidas.

—¿Acá suelen dar comida buena o asquerosa?

—La comida que dan acá es un asco, Alemia, no creo que te guste, pero tengo mis trucos para conseguir buena comida.

Las dos se sentaron juntas y solas, sin nadie más que no sean ellas.

—Miren, llegó una zorrita nueva—dijo una persona desde otra mesa.

—No le hagas caso, es Gates, el más poderoso acá, le gusta molestar a los nuevos, pero es un imbécil—le explicó Abigail.

—¿No responderás putita? los rumores dicen que robaste un banco, pero es mentira, ¿no? no te darían siete años por hacer eso.

Alemia le dio una mirada a Abigail.

—Yo no dije nada.

Siguieron comiendo sin hacerle caso a Gates, eso le enfadó y se acercó a Alemia.

—No me gustan las mujeres que no hablan.

Gates le tiró toda la comida de la bandeja a Alemia en la cara y la ropa. Alemia se enojó por eso pero no hizo nada.

—Déjala, Gates, no es gracioso—defendía Abigail.

—Tú no te metas.

Gates al ver que Alemia no reaccionó como él quería, la comenzó a ahorcar con los brazos. Abigail intentó detenerlo pero no pudo, no era lo suficientemente fuerte.

Alemia no hacía nada en contra de Gates, tenía miedo a que le subieran la condena, sólo intentaba respirar.

—¿En serio no harás nada? ¿no quieres defenderte?

La joven no pudo más, agarró el brazo derecho de Gates y lo mordió con todas sus fuerzas, sacándole un pedazo de carne.

—¡AAH! ¡ESTA PERRA ESTÁ LOCA!—gritaba Gates.

Se quedó en el piso mientras sangraba y gritaba mientras sus secuaces golpeaban a Alemia, pero ella no se dejaría golpear, sabe pelear, y muy bien.

Eran ocho personas contra Alemia y Abigail, fue una pelea intensa pero las compañeras perdieron, los secuaces de Gates las dejaron casi muertas en el piso.

—Eso es para que aprendan a no meterse con el jefe Gates.

—¿Jefe Gates? ¡qué patético!—le dijo Alemia a su amiga.

Llegaron los guardias y se llevaron a Gates a la enfermería y Alemia y Abigail fueron llevadas a ser castigadas bañándolas con agua extremadamente fría.

—Pero... nosotras sólo nos defendíamos—trató de aclarar Alemia.

—No te harán caso, estos tipos son muy corruptos, están de lado de Gates.

Desnudaron a ambas chicas y con una manguera enorme las mojaron con agua fría durante cinco minutos.

 Cuando el castigo había acabado, fueron llevadas nuevamente a su celda.

—Quiero mostrarte algo, Alemia.

Abigail se paró de su cama y sacó un poster que tenía pegado en la pared. Había un agujero grande y profundo.

—Llevo haciendo esto desde hace cinco meses, justo necesitaba ayuda y llegaste tú, si trabajamos juntas podríamos escapar de este lugar en dos meses.

Pudieron escuchar pasos que venían acercándose y Abigail pegó rápidamente el poster, para no ser descubierta. 

—Hola, ¿Alemia? ¿no?—preguntó el guardia.

—Ehh, sí, soy yo.

—Vi tu caso en la televisión, es increíble que hayas hecho eso durante tantos años y nadie te descubriera. Oye, cualquier cosa que necesites, estoy yo, me llamo Pearl.

El guardia se alejó y Abigail rió.

—Parece que le gustas a Pearl, aprovecha eso. A propósito, ¿a qué se refería con que hiciste algo durante años y no fuiste descubierta?

—Llevo años robando bancos, pero esta última vez fue la primera y única donde me atraparon—siguió mintiendo.

-Continuará...-

Bloody Alemia [Terminado]Where stories live. Discover now