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Vida nueva

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-¿Daté prisa,cariño, tenemos que irnos- mi madre me estaba apurando, pero no tenía idea de por qué. Todo estaba bien cuando me fui a la cama, siempre estaba bien.

Observe desde mi cama que mi madre metía algo de mi ropa en una maleta y todo lo que pude decir fue.

- Tenemos que irnos - mi madre me estaba apurando, pero no tenía idea de por que. Todo estaba bien cuando fui a la cama, siempre estaba bien.

Observe desde mi cama que mi madre metio algo de ropa en una maleta y todo lo que pude decir fue.

- ¿Nos vamos mamá?-

Ella me miró y su expresión me asunto. Parecía asustada, si mamá tenía miedo, yo también debería estarlo. Ella era la que se suponía debía protegerme.

- Solo por un momento-

- Pero, ¿por qué? Yo no quiero irme-

Rápidamente agarré el conejito de peluche de mi cama, sosteniéndolo con fuerza en mis brazos. Si me obligaba a salir de mi casa, con un niño de cuatro años, al menos necesitaba mi conejo de peluche.

- Te prometo que todo tendrá sentido para ti- me dijo mi madre antes de tomar mi mano guiándome por las escaleras con mi pijama puesta.

Ya había una maleta esperando, debe ser de mamá. Aunque dijo que todo tendría sentido, en este momento, todo era tan confuso.

- Voy a llevar las maletas al coche, esperame aquí, ¿de acuerdo?- ella me dijo y respondió con un asentimiento de cabeza.

Vi que mi madre recogía su maleta y abría la puerta, no fue hasta que abrió la puerta de que nos dimos cuenta de un hombre alto estaba esperando. Su sola presencia ma aterrorizó, haciéndola gritar y retroceder.

- ¿Qué es lo que digo, Mitsuki? No te vas a ir, siempre estaré un paso adelante- se rio el hombre antes de verme a mi.- Vuelve a dormir, Katsuki, tu  y tu madre no se irán a ningún lado-.

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Abrí los ojos al ver una habitación desconocida, era grande y demasiado espaciosa. No necesitaba la mitad del espacio, pero eso era la menor de mis preocupaciones. No estaba en casa y no tenía idea de donde estaba.

Deslizándonme cuidadosamente de la cama, me paré cuidadosamente y caminé hacía la puerta. Alguien podría estar del otro lado. Masaru podría estar del otro lado. Pero la puerte parecía la opción obvio en este momento.

Intenté abrir la puerta pero estaba cerrada desde afuera, así que comencé a golpear la puerta con furia. Esto fue una locura, mi vida estaba complemente al revés por razones que yo no entendía.

De repente, la puerta se abrió, lo que hizo caer al suelo. Mire hacia arriba para ver a uno de los hombres que estaba en mi casa antes de que me desmayara. Seguía vestido con traje y seguía sin sonreír.

- Tu padre quiere verte-

- El no es mi padre- respondí sin pensar realmente en las posibles consecuencias.

El no respondió más que moviendo su cabeza para que me pusiera de pie.

- Arriba-

ɴᴏ ᴛɪᴇɴᴇs ǫᴜᴇ ᴇsᴄᴜᴄʜᴀʀʟᴏ, es lo que continuaba diciéndome a mí mismo, sino que estaba en contra de mi mejor juicio. Por supuesto lo hice. Si estas son las personas que mi padre dijo que eran, entonces podría estar en peligro. ¿Cómo me las arreglé para ponerme en esta situación? No tenía idea, al igual que no tenía idea de cómo saldría.