V

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Capítulo largo.
Sangre y palabras explícitas.


Autora POV.

Wei Wuxian podía sentir como las zonas que habían sido tocadas por el Cambiante ardían y cosquilleaban descontroladamente.

El contacto con su mano había sido frío y violento, una fuerza posesiva y a la vez protectora que había sacudido el interior del humano en un abrir y cerrar de ojos.

Su muñeca ardía ante la presión que había sido ejercida en ella apenas hacía unos minutos y su mejilla...
¿Por qué sentía cientos de hormigas corretear sobre ella?

Llegaba a ser tan molesto que quería frotarse esa zona hasta que aquella sensación fuera remplazada por el dolor de la continua fricción; prefería eso o que le hubiese golpeado, pues era el único sentimiento que conocía desde hacía años.

Sin embargo, lo único que pudo hacer fue mantener su mirada contra la del hombre que estaba sentado frente a él.

Wei Wuxian no supo en qué momento habían llegado a aquél despacho ni cuantos segundos había permanecido en silencio.

Solo sabía que el otro hombre le estaba hablando, pero el menor tenía tantos pensamientos en la cabeza que solo escuchaba murmullos y los latidos de su corazón.

Con la intención de calmar su mente hizo un breve recorrido por la sala, descubriendo que esta era más grande que todos los lugares en los que había pasado las noches durante los últimos años.

No solo era la amplitud del lugar lo que le provocaba inquietud al menor, también era el color blanco con tonalidades azuladas dando un aspecto tan puro y limpio que, de manera inconsciente, Wei WuXian se miró así mismo frunciendo levemente las cejas.

La decoración del despacho era breve, pero el humano sabía que cada cuadro y escultura no eran para nada sencillas ni baratas; habían dos estanterías llenas de libros y una mesa con un juego de té tradicional conjuntado con el sofá que seguramente costaba más que su deuda...

Un inapropiado pensamiento de robarlo apareció por su cabeza, y ante tal imagen se mordió sus labios conteniendo su risa.

—¿Y bien?

La voz determinada del Alpha sobresaltó al humano, provocando que lo mirase de nuevo.

—¿Qué?

Lan WangJi se apoyó sobre el respaldo de la silla y cruzó sus piernas al igual que sus manos, adoptando una pose relajada pero autoritaria.

Sabía que el menor estaba lo suficientemente asustado como para haber escuchado toda la propuesta que le había hecho, pero más allá de irritarse por tener que volver a explicarlo, su pantera casi ronroneó de placer al saber que había ganado más tiempo con su presencia.

Desde que el primer segundo que había recibido la llamada de la secretaria hasta que había vuelto a sentir su dulce aroma; su suave y cálida piel... Escuchar sus latidos irregulares junto con los pequeños jadeos de sorpresa; ver como las facciones de su delgado rostro se contraían por cada mínima reacción...

Tanto su pantera como él habían puesto toda su atención dedicada al humano, disfrutando cada segundo de reloj.

Tenerlo justo delante suya provocaba que su parte animal rasguñara las paredes invisibles de su cordura, siendo ahora controlada por la parte humana.

No era una batalla fácil, pues ningún cambiante había logrado dominar su parte animal cuando esta se obsesionaba con algo, pero Lan WangJi tenía que ir lento con aquél humano.

Presa del placer.Where stories live. Discover now