Alfa Malo | Taekook +18

Capítulo n°3

Dos días han pasado desde el encuentro de la noche en la que decidieron seguir paso a paso un plan para volver a tener sexo, el asunto es que desde ese minuto no siguieron la "planificación" del alfa y obviamente Kook no se conformaría con menos ahora, entonces eso nos lleva a la situación actual de un Taehyung volviendo a casa luego del trabajo con una gran sonrisa y muchas bolsas en la maletera.

La idea del alfa era dar una bella sorpresa a su esposo y así completar todos los pasos que quedaban de una sola vez, no sacaba nada con mentirse, deseaba poder poseer nuevamente el cuerpo de su omega y si bien el miedo de dañarlo estaba ahí, decidió confiar en su lobo e instinto en cuanto a que nada malo pasaría.

Al llegar a casa su sonrisa se ensanchó aún más, le había pedido a su marido en la mañana, antes de irse al trabajo, que arreglase por favor dos maletas pequeñas con ropa suficiente para una semana: "no es necesario llevar tanta ropa amor, después de todo te mantendré desnudo la mayor parte del tiempo". Con aquella frase y el sonrojo de Kook, el día de Kim mayor había empezado de maravilla y ahora pretendía llevar a cabo aquellas ganas desquiciantes de tomar a su omega.

Luego de una rápida ducha del alfa, la pareja se monta en el auto rumbo a sus mini vacaciones.

--dónde iremos alfa?-- consulta suave Kook, pues Tae se ha negado a decirle y ahora busca nuevamente intentar sacar el destino.

--no te diré aún mi vida, ya verás y te encantará-- sonríe satisfecho con su sorpresa.

--pero alfita mío, sabes que soy curioso y no me has contado nada, eres cruel-- refunfuñó el rubio mientras se cruzaba de brazos y estiraba su boquita en una trompita que buscaba mostrar su enfado.

--no me convencerás con esa trompita amor, sólo lograrás que pare el auto y te besé demasiado, quizás hasta adelantemos parte del quehacer de la noche-- el canela ríe cuando termina de decir y es que a pesar de los años que llevan juntos, Kook aún se sonroja cada vez que su esposo dice alguna cosa que a su parecer es demasiado intima.

--alfa tonto... al menos dame algo de comer, tengo hambre-- reclama aún sonrojado.

--en la guantera deje una cosita para ti mi amor-- responde, sabiendo de ante mano que su omega tendría hambre durante el trayecto.

El omega sonríe bello al ver como su esposo había dejado en una bolsita térmica unas botellitas con leche de banana y otras con juguito de frambuesas, además de kimbap y sándwich de jamón, queso y tomate.

El camino se hizo ameno, eran aproximadamente unas 4 horas de viaje. La pasaron entre canciones, risas, coqueteos y pequeñas siestas por parte del omega.

A eso de las once de la noche llegaron a un pequeño campo precioso, Kook venía durmiendo así que Tae con mucho cuidado lo despertó para que pudiesen bajar. Los ojitos del rubio brillaron al ver el hermoso paraje, la luna se veía gigante y resplandecía de manera majestuosa, se podía oír agua correr por lo cual Kook supuso abría algún riachuelo cerca de ahí y a pocos pasos del vehículo pudo observar una bella cabaña decorada con luces que daban un toque cálido.

--te gusta?-- pregunto ansioso Tae al no tener reacción ninguna de su esposo.

--es perfecto alfa, me encanta-- giro para poder ver esos ojos mieles que tanto ama y depositar un suave beso en esa boca que adora besar todos los días, sin duda su alfa era el mejor de todos.

--entra mientras yo bajo las cosas del auto bien-- indicó el alfa recibiendo un asentimiento por parte del rubio y con ello caminando hasta la entrada del lugar.

Si por fuera la cabaña se veía hermosa, por dentro lo era aún más. Tenía un aire hogareño que hacía sentir cómodo a Kook, no era realmente grande, pero era lo justo para ellos. Una vez Tae ya había terminado de bajar todas las cosas que habían llevado, ambos tomaron asiento en la sala del lugar y se acurrucaron el uno en el otro. El ambiente era relajado y el aroma de ambos invadió cada rincón haciéndolo aún mejor.