Capítulo #1; Él prendió fuego al mundo...

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Resumen: "Él prendió fuego al mundo que lo rodeaba, pero nunca dejó que una llama la tocara".
Categoría: Angustia
Clasificación: B
Advertencias: Coerción implícita.

[...]

Se veía encantadora, de pie en el balcón, contemplando la ciudad esparcida bajo sus pies.

Su cabello castaño se enredó en el viento y reveló sus hombros pálidos y desnudos, tan pálidos como las manos que agarraban la barandilla, y los pies descalzos que se asomaban por debajo de la camisa blanca transparente que vestía. Podía ver el estrecho escote de su cintura, el suave llamarada de sus caderas, y sus piernas delgadas y afiladas.

El viento soplaba más constantemente y su cabello se agitaba hacia adelante, cubriendo su rostro.

Ella no se movió.

Ella podría tener frío.

Se quitó la capa de los hombros y se acercó a ella, dejándola caer sobre sus hombros y apartando suavemente los rizos que oscurecían sus ojos.

Ella todavía no se movió.

—¿Qué tienes en mente?

Ella se quedó en silencio durante varios segundos.—Muchas cosas.

Sus dedos se cerraron en un puño lento cuando ella no dijo nada más.—¿Por ejemplo?

Hubo un silencio más largo, y vio que sus nudillos se ponían blancos. Su cuerpo comenzó a temblar minuciosamente.

—Estaba calculando cuántos segundos tardaría en caer al suelo si saltaba del balcón. Cuántas personas están muertas por mi culpa. Cuantos van a morir si sigo con vida. Y a cuántos matarás si muero ahora.—dijo finalmente con voz forzada y automática.

Una sensación estremecedora le recorrió el estómago. Su labio se curvó en un gruñido cuando agarró su hombro y la obligó a volverse y mirarlo.

—Los mataré a todos si mueres.

Sus hermosos ojos marrones estaban inexpresivos cuando lo miró a la cara y asintió lentamente.—Esa fue mi conclusión.

—Bien.—dijo con voz entrecortada.

Él la soltó y volvió a entrar.

Una vez que estuvo solo, abrió un cajón de su armario y sacó una vieja foto de ella. Sus ojos brillaban y bailaban, y él la observó mientras envolvía sus brazos alrededor de Potter y Weasley, echaba la cabeza hacia atrás y se reía.

Casi podía oírla, aunque ella no se había reído en años.

Ella lo fingió: risas educadas en respuesta a sus bromas o a las bromas de sus amigos. Sus ojos siempre permanecieron planos. La luz en ellos no bailaba; las esquinas no se arrugaron. Nunca se agarró el pecho ni jadeó como si no pudiera respirar.

Ella nunca fue feliz.

Nada de lo que él le daba era nunca suficiente.

Prendería fuego al mundo que lo rodeaba, pero nunca dejaría que una llama la tocara.

No había calculado que su insoportable sentido de empatía significaba que lo sentiría todo de todos modos.

ANTHOLOGY | Traducción ✔Where stories live. Discover now