Capítulo N°9: "La aceleración del noviazgo"

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[POV: Sheldon]


De cierto modo, le había mentido a Amy. Pero no una mentira que fuera a perjudicar nuestra relación, al menos no la veía así. Desde que le había planteado la idea de tener coito con ella, me había puesto a pensar seriamente en eso... ¿Es en serio? ¿Sheldon Cooper pensando en practicar el coito con su novia? ¿Una cosa tan repulsiva y poco útil? Debía ser que ya había perdido la razón.


Aunque por otro lado, había experimentado una baja en el control que tenía ante mis acciones. Cuando besé a Amy en medio de la calle, me descontrolé. Mi idea principal era callarla y a la vez no dejar que se fuera, por eso opté por un beso... Un beso que en realidad no estuvo del todo mal; al menos conseguí con eso que se callara y no se alejara más. Además, sus labios sabían dulce...


Salí del baño rato después, encontrándome con Amy, la cual aparentemente se había quedado dormida nuevamente. Me acerqué con cuidado y la arropé, no esperándome para nada que, mientras acomodaba las cobijas, me tomara de la mano. Intenté zafarme sin que se despertara, pero fue en vano; se aferró más a mí, como si mi mano fuera un oso de felpa.


- No te vayas... - alcancé a descifrar su balbuceo.


No me quedó otra más que permanecer ahí, al menos hasta que despertara; así que me senté a su lado, en la orilla de la cama. Pasados 15 minutos en los cuales no se movió ni un poco, comencé a aburrirme. Tenía otras cosas planeadas para ese día, antes de pedirle regresar a casa; pero estando ahí sentado, no podría hacer ninguna. Pensé en despertarla, o simplemente zafarme a la fuerza.


- Amy... - dije a media voz, tocando su hombro con mi mano libre.


- ¿Uhm?


- Por mí está bien si quieres seguir durmiendo, pero necesito mi mano.


- Sí... - guardó silencio, sin soltarme.


- Amy, - volví a tocar su hombro - mi mano.


- Mi beso de buenos días - abrió un ojo y sonrió.


- Está bien... Aunque los "besos de buenos días" se dan al momento de despertar, no después de eso.


Me acerqué y le di un beso pequeño en la frente.


- Ese no es un beso de buenos días - me reprochó - El de anoche te dejó la vara muy alta.


Resoplé algo abrumado y accedí, con tal que me dejara libre. Acerqué mis labios a los suyos y volví a besarla como la noche anterior, salvo que en vez de tenerla contra una pared, la tenía contra una cama... A diferencia de nuestro anterior beso, esta vez creí reaccionar justo a tiempo a terminarlo.


- ¿Estás bien? - me preguntó al notar que parecía estar paralizado.


No respondí en un rato. Me sentí extraño con ese beso.


- Sí... eso creo...

¿Es el final?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora