14. La partida

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-No se si pueda hacerlo -dijo de repente Thrinie mientras miraba su casa a lo lejos.

Siddhi y Shanti compartieron una mirada.

-Ire a avisar que volvimos -dijo de repente Siddhi y se fue dejandolos solos.

-Es tu casa.

-Y la ultima vez que estuve aqui, yo... Mama no me perdonara y papa tampoco...

-Vamos, sabes que ellos no son de guardar rencor, solo debes de ser valiente.

-Pero...

-No estas solo -dijo y lo tomo de la mano entrelazando sus dedos con los de el.

-Gracias, Shanti -respodio el mientras avanzaban asi directo a su casa.

Claro que las miradas curiosas no se hicieron esperar, las valquirias incluidas, pero aun asi Thrinie avanzo siendo guiado por Shanti hasta que entro a la casa.

Una vez ahi fue recibido por su abuela, quien los envolvio en un enorme abrazo, diciendoles que estaba feliz de verlos de regreso, le siguio otro de Poseidón y uno mas de Hades.

-Lo lograron... Estamos orgullosos de ustedes -les dijo.

-Gracias -respondieron ellos.

Inevitablemente, la mirada de Thrinie fue en direccion a la alcoba de su madre.

-Ve -lo animo Shanti-. Quisiera acompañarte, pero es algo que tendrás que hacer por ti mismo.

Thrinie avanzo con paso lento, pero decidido, su corazon latia a mil por hora, tenia miedo del rechazo de sus padres, asi que entro en silencio.

En la habitacion vio a su padre con los ojos cerrados, igual que su madre, pero el meditaba.

Camino y se arrodillo al otro lado de su madre, la veia un poco palida, pero tranquila, sin embargo, su padre estaba exhausto.

-Estoy en casa, mama -susurro mientras se inclinaba ante ella y le daba un beso en la frente tomando su mano.

Y solo eso fue necesario para lograr que ella abriera los ojos y mirara a su hijo.

-Mi niño... -susurro con voz rasposa.

Aquellas voces le habian parecido una ilusion a Buda, asi que no les presto tanta atencion, pero cuando sintio a Nerea moverse, abrio los ojos y miro como ella abrazaba a su hijo quien lloraba desconsoladamente.

-¡Perdoname!

-Ya, ya... Shhh... Ni tu padre ni yo estamos molestos.

Buda estaba sin palabras, asi que simplemente los envolvio a ambos en un abrazo.

-Perdoname tu a mi, hijo, de no haber dudado de ti... Lo siento.

-Sin disculpas, todos estamos aqui... Vengan tambien ustedes dos -les dijo Nerea a sus otros dos hijos que estaban en el marco de la puerta.

-¡Mama! -dijeron bastante conmovidos mientra se unian al abrazo familiar.

Sin duda alguna la India volvia a tener alegria.





-Vaya que si pasaron por muchas cosas -comento Nerea mientras comia, su padre habia insistido en ello apenas la vio levantada.

-Pero, ¿cual fue el trato, Thrinie? -pregunto ahora Hades.

Thrinie lo medito un momento.

"-Bien, el trato es este, cuando quede sellado aqui yo estaba cazando a un mononoke poderoso que tenia el don de cambiar la naturaleza del alma de las personas, lo logre exterminar, pero puso en mi su maldicion primero, hasta que purificara el mismo numero de mononokes que habia asesinado, mi alma podria pasar al otro plano, mientras me condenaria a vivir en la espada que le dio muerte, han pasado siglos y aun me faltan bastantes, entonces, tu me ayudaras empuñando la espada. Desafortunadamente, llevaria mas mononokes, pero la vida humana es efimera, mis compañeros no duras y es dificil encontrar exorcistas que puedan empuñarme, pero tu no tendras problemas, lo se.

Los sucesores de los Dioses Donde viven las historias. Descúbrelo ahora