Pov Toni.
Abrí y cerré mis ojos mientras me acostumbraba a la luz que escapaba por entre las cortinas de la ventana de la habitación.
Estiré un poco mi cuerpo y sonreí al recordar todo lo ocurrido la noche anterior... Me giré para observar a Sophia dormir junto a mí, su cuerpo descansaba boca abajo, la sábana cubría solamente de su cintura hacia abajo, su cabello estaba levemente alborotado, la piel de su espalda mostraba pequeñas marcas rojas como una muestra clara de lo que había sucedido horas atrás.
Me giré con cuidado para poder observar la hora en el reloj de la mesita de noche...7am, suspiré y es que recién había logrado dormir, talvez un poco más de 2 horas. Me acerqué un poco más a Sophia rodeando su cintura con mi brazo atrayéndola a mi cuerpo, la escuché quejarse como una niña pequeña por lo que una sonrisa escapó en mi rostro.
-Amor... déjame dormir un poco más- se quejó mientras se giraba dejando al aire sus pechos los cuáles también tenían un par de marcas-
-No comprendo al pequeño Aiden... ¡las rechazó, y son malditamente hermosas y perfectas!- aquellas palabras hicieron sonreír a Sophia dejando ver el hermoso hoyuelos en su mejilla- Buenos días señora Topaz-Davis- dije, finalmente dejando un pequeño y rápido beso sobre su mejilla-
-Buenos días mi amor... ¿pudiste descansar?- me preguntó y yo sonreí mientras asentía- Te vez radiante... ¿Podrías decirme cuál es tú secreto?- preguntó y de un momento a otro todo el sueño había desaparecido de su cuerpo mientras la sentía colocarse a horcajadas sobre mí-
-Mi secreto es pasar toda la noche haciéndole el amor a mi maravillosa esposa- respondí y una sonrisa maliciosa se dibujo en su rostro mientras sentía como comenzaba a moverse de atrás hacia delante- No amor, por favor... detente, debemos ir por nuestros hijos-
-Lo sé, pero, tenemos un par de horas libres antes de pasar por ellos a casa de tú madre... así que mientras eso sucede, yo te necesito- susurró llevando sus manos a mis pechos los cuáles apretó enviando así miles de sensaciones a todo mi cuerpo...-
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Después de un poco más de 4 horas finalmente habíamos abandonado aquella maravillosa habitación que había sido cómplice y testigo de nuestra entrega de amor absoluta...
Estábamos ansiosas por ver a nuestros hijos, ya qué, si bien amábamos pasar momentos a solas, los momentos de diversión, las bromas, las risas junto a ellos y las sonrisas en sus rostros no tenían comparación alguna. Finalmente estacioné el auto fuera de la casa de mi madre, Sophia giró su rostro para observarme, me sonrió y dejó un beso en mis labios antes de bajarnos del auto, entrelazamos nuestras manos caminando así hasta la entrada principal y utilicé la llave que aún conservaba para abrir la puerta... Los gritos y risas de mis hijos fueron lo primero que escuchamos al entrar por lo que decidimos caminar en dirección al jardín imaginando que los niños estarían jugando, pero nos llevamos una gran sorpresa cuando observamos el desastre que había en la cocina.
-¿¡Pero qué significa todo este desastre!?- dijo Sophia haciendo sobresaltar a nuestras hijas-
-Mis amores, han llegado justo a tiempo- dijo mi madre acercándose a nosotras para saludar- ¿Disfrutaron de su gran noche?-
-¡Por Dios mamá!.. En 1er lugar no hablaré sobre eso y menos con mis hijos presentes- dije- en 2do lugar ¿Qué significa todo este caos de harina? Y en 3er lugar ¿Quién de ustedes comenzó esto?- pregunté, y mi madre simplemente sonrió mientras se acercaba a Aiden quién se encontraba sobre la mesa del comedor cubierto de harina al igual que Alondra y Salomé, el hermoso y pelirrojo cabello de Mía y Britta estaba completamente blanco, cada vez que Scarlett pestañeaba harina caía de sus ojos y Leah escondía sus manos tras su espalda tratando de ocultar la sonrisa traviesas en su rostro- Niñas... ¿Quién es la culpable de este desastre?- pregunté, Britta estaba por responder cuando una voz resonó a mis espaldas-
