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Ambos chicos se encontraban ahora en la biblioteca, buscando libros que pudieran ser útiles para su situación.

La idea de el hibrido era esta, y Juan no tenia otra mejor. Pero este plan era un poco difícil puesto que aun no sabían que es lo que estaban buscando, no sabían si debían buscar una poción, un hechizo o ya en un acto muy desesperado un ritual.

El hechicero agarraba todo tipo de libros que mencionaba a los fantasmas, entes o algún otro sinónimo de este. Siendo sinceros el único que estaba buscando era Juan, Spreen solamente se dedicaba a verlo entrar en manos de la desesperación, leyendo títulos, sacando y volviendo acomodar libros en la estantería.

Para este punto el hechicero ya había tomado 5 libros que pensó que le serian de ayuda, el problema es que sabia que esto no seria rápido ya que los libro se encontraban en Latín, eran demasiado largos y apenas había recorrido la primera estantería de todo el pasillo.

Decidido a la idea de que devolver a el chico que lo acompañaba seria una tarea agotadora y para nada rápida dirigió su mirada hacia este. El se encontraba demasiado tranquilo ante esta situación, cosa que sorprendió al hechicero, ni siquiera cuando le dijo que perdió el libro que lo devolvería a ser ''invisible'' o lo que sea, se enojo.

Le daba curiosidad el porque actuaba de esta manera y le iba preguntar, no planeaba quedarse con la duda, pero se dio cuenta de algo.

Aun no sabia su nombre.

El castaño se encontraba tan concentrado corriendo por toda la Universidad, buscando en la dichosa aula y en la biblioteca el libro o alguna solución. Que se le olvido ese pequeño detalle.

Presentarse.

Bueno mejor tarde que nunca.

- Me llamo Juan... ¿y tu eres?.- Dijo el castaño acercándose hasta donde se encontraba el y mientras extendía su mano hacia el contrario en forma de un saludo formal.

Este saludo jamás fue correspondido, el castaño no sabia el porque.

Bueno talvez si ya que siendo sinceros no se había comportado de la mejor forma con el, quizá lo ignoro un poco todo el día, y también puede que lo mandara a chingar a su madre cuando se estreso porque el chico le dijo no podía ayudarle a buscar porque este no entendía aquel idioma en el que están escritos los libros.

- Decime Spreen.- Declaro el hibrido, aun sin intenciones de corresponder a el castaño que aun tenia la mano extendida.

-Bien.- Juan por fin bajo la mano mientras volvía a tomar distancia del otro chico.

Quedaron en un silencio algo incomodo, mientras el castaño pensaba en lo siguiente que diría.

- Al perder el libro, es obvio que me tardare mas en deshacer el hechizo... ¿Eres consiente de eso verdad?.-

El azabeche solo confirmo lo que dijo subiendo y bajando la cabeza.

-¿No tienes algún problema con esto?, digo debes tener amigos en el mas allá, en el plano astral o yo que se.- Dijo el castaño mirando fijamente a las gafas de sol que tenia su contrario.

- Aun si me molestara todo esto, no podría hacer mas. Vos sos el de la magia no yo.

- Si, tienes razón.

Dicho esto el castaño con los cinco libros en la mano, empezó su camino hacia su habitación con el hibrido siguiéndolo unos cuantos pasos atrás de el.

Llegando a su habitación nada mas abrir la puerta su compañero de esta se le lanzo encima haciendo que por casi tirara los libros.

- ¡Axo!, cuidado que casi me tiras los libros perro.- Dijo el hechicero, después de esquivar a su compañero y entrar en la habitación, dirigiéndose hacia su escritorio para colocar los libros encima de este.

-Ostia, Juanito semana difícil ¿no?.- Dijo aquel chico de cabello mitad blanco y mitad negro mirando los libros en el escritorio de Juan.

-Ni que lo digas.

-Bueno yo te dejo que aun tengo que hacer algunas cositas.

-Bien, ¡adiós acho!.

Axozer solo salió de la habitación agitando la mano en forma de despedida.

Nuevamente, se encontraban solos.

Juan simplemente se sentó en la silla de su escritorio mientras vio que de reojo el hibrido se sentaba en su cama. Decidió no prestarle atención a esto, siguió con lo suyo se había propuesto terminar aunque sea un libro al finalizar el día. Sabia que le esperaba un camino muy difícil por delante, lo de el no eran los fantasmas, entes o almas, lo de el eran los hechizos, portales hasta pociones lo otro no estaba en su jurisdicción.

La lectura lo absorbió tanto que cuando menos lo espero pudo ver por su ventana, que el sol ya se estaba ocultando, era un momento para un descanso así que voltio su mirada hacia el hibrido que permanecía callado y ya no estaba sentado sino acostado en la cama del castaño mirando hacia el techo.

Pensó que era mejor no molestarlo y se paro de la silla para ir a la cafetería por algo de comer, su panza se lo estaba pidiendo a gritos. Pero en cuanto dio 2 o 3 pasos fuera de la habitación el argentino se encontraba nuevamente a su lado.

-Si quiera avísame que te vas boludo.

-Perdón, pero te vi demasiado cómodo en MI CAMA.- Le reprocho el Hechicero mirándolo con enojo.

El hibrido se encontraba harto de como lo trataba aquel chico castaño, y tenia razones parecía que Juan se había propuesto no poder entablar una conversación normal con Spreen, siempre había gritos e insultos de por medio.

-¿Siempre sos así de imbécil?.

El castaño se quedo callado ante la pregunta del hibrido, es cierto que a lo mejor se estaba desquitando un poquito con el oso. Ya que en la mente del hechicero, Spreen según como actuó apenas se conocieron, si era un idiota y todo pero no tenia la culpa de que el fuera un distraído para perder el libro, o que el hechicero estuviera cansado por no dormir bien por su compañero de habitación, ni siquiera tenia la culpa de que le recordara tanto a su ex novio.

-Perdon...- Dijo el hechicero mientras bajaba la mirada y caminaba mas lento hacia la cafetería.

-Dale, no importa capo. -Termino de decir el oso para solo caminar alado de el en silencio.

Cuando llegaron a la cafetería el castaño se limito a pedir su comida, pagar, e ir directo a una mesa. Siempre siendo seguido por el otro chico.

Recién llegando a la mesa y dando el primer bocado a su comida, otra duda azoto la mente del joven hechicero.

-¿Tu no comes o algo así?.- Le dijo a Spreen que se había sentado alado de el.

-No puedo, estoy muerto.- Soltó así sin mas el hibrido.

Esto casi hace que Juan se atragantara con su comida, pues aun no procesaba que estuviera hablando con un fantasma.

-Supongo que entonces si eres un fantasma.

El azabache simplemente subió y bajo los hombros restándole importancia. Y el hechicero solo opto por comer en silencio.










°Lo admito se me ocurrieron muchos chistes sobre el tema de la cama de Juan pero le tengo miedo a la funa.

El fin justifica el medio ¿no?Where stories live. Discover now