𝐈𝐈. 𝐕𝐈. 𝐁𝐢𝐠 𝐓𝐫𝐮𝐭𝐡

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  —Espera, ¿Primera o segunda edición?— King regreso a la habitación con dos libros en sus manos.

     Sin embargo Adrien ya no estaba ahí, el cuarto estaba completamente vacía y no había ninguna señal del tubo por ningún lado.

  —¡¿Adrien?!— dijo caer los libros —¡El Gorilazon lo atrapó!— sintió a alguien pasar detrás de el —¡Bestia cobarde!— empezó a seguirlo —¡Devuélveme a mi hermano de pupas!

     Lo siguió unos segundos más hasta llegar hasta una puerta de un armario en medio del pasillo la cual se cerró de pronto, y frente a esta estaba un tenis anaranjado, el tenis de Adrien.

  —¿Adrien?— tomo el tenis en sus manos con tristeza.

     Entonces respiró hondo llenándose de valor y cruzo la puerta dispuesto a recuperar a su querido hermano de pupas.

     Analizo el armario con la mirada hasta notar una silueta detrás de unos vestidos viejos.

  —¡Ya no podrás escapar!— alzo el zapato.

     Movió los vestidos para poder enfrentarse cara a cara con el monstruo pero se detuvo al ver al temible Gorilazon escondido y temblando de miedo.

  —¿Gorilazon?— la criatura lo miro —Eres mucho más bajo en persona

  —Lo siento, lo siento. Necesitaba un lugar en donde refugiarme de las lluvias— dijo apenado.

  —¿Y por qué derribaste nuestra puerta y te llevaste a Adrien? Eso no es cool. Gorilazon malo— lo miro con el entrecejo fruncido.

  —¿Yo? Yo no hice nada de eso— confesó confundido —acabo de entrar por una ventana

  —¿Eh? Entonces, ¿qué-?— parte del techo de rompió y una gran mano tomo al Gorilazon.

  —¡Oh no! ¡Que sorpresa!— lo levantó y se lo llevó.

     La puerta del armario de pronto se abrió con lentitud revelando la silueta del monstruo junto a sus ojos brillantes y colmillos, un segundo después vomito el caparazón del Gorilazon antes de rugir con fuerza mientras se acercaba a el.

  —Ay no— King retrocedió con miedo quedando acorralado entre el monstruo y la pared —¡Atrás! Oye, ¡Soy el Rey de los demonios! ¿Ok? Y como tal ¡Te obligó a que vomites a mis amigos!

     La criatura solo gruño y levantó su pata para atacarlo, por suerte, King logro agacharse a tiempo consiguiendo que solo fuera un zarpazo en la pared, eso le dió algo de tiempo para escapar con el monstruo siguiéndolo de cerca.

     Mientras corrían los criatura chico contra un par de paredes dejándola un poco de ventaja a King para huir, después de un rato llego de nuevo al pasillo de la habitación de Eda y una misteriosa mano salió de repente para tomar su pata y escondiendolo en la habitación.

     Una mano cubrió su hocico evitando que emitiera cualquier sonido, ambos escucharon a la criatura pasar frente a la habitación buscando al demonio y un momento después lo escucharon alejarse de ahí.

  —Menos mal. Ya se fue— el demonio miro a su salvador.

  —¿Adrien?— lo sorprendido.

  —Me alegra que estés bien, mon roi. Por un segundo creí que te atrapo— lo bajo al suelo.

𝑻𝒉𝒆 𝑪𝒉𝒐𝒔𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora