one shots korean

Taehyung.

Tener un novio es tan lindo, pero cuando tiene una mejor amiga no es tan lindo.

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Sonreí al verlo, había ganado otro premio al mejor del fútbol.
Sonreí, pero nunca me vio a mi, volteo a ver a su mejor amiga, abrazándola cuando bajó del escenario.

La mayoría me miraba, susurrando entre los tantos presentes.

Quise desaparecer, nada estaba bien desde que ella apareció.

Cada salida siempre iba ella, a arruinar todo, a malogran todo mi maldito día.

Me quedaba a sus detrás, viendo como ellos pegados caminaban, casi como si fueran novios.

Sonriéndose cada uno, el siendo mi novio ni siquiera me tomaba en cuenta.

—¿Te gustó la película, Jenn?—Dijo, poniendo el brazo a su alrededor.

Mi corazón dolía, verlo tan cariñoso, ni siquiera me hablaba, ni siquiera ya notaba que existo.

—Si, me gustó mucho, sería bonito si nosotros fuéramos novios—Dijo en un susurro, el río besando su mejilla.

Las lágrimas en mis ojos se hacían presentes, maldiciendolos, los odiaba.

—Oh, Jinha. Te llevaré a casa, después de llamo, linda—Dijo, besando su mejilla.

Bajé mi mirar, caminando a la par de él, sintiéndome la peor.
Al estacionarce fuera de casa pude notar que estaba pensando.

—Cariño—Dije en un susurro.

Vi la mueca en su rostro al verme, sonrió levemente intentando justificarlo.

—Hasta luego, Tae—Dije en un susurro.

Asintió, sin siquiera despedirse de mi. Me bajé del auto, sintiendo el nudo en mi garganta.

Nada estaba bien.

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Ya no hablábamos, yo caminaba a su casa, llevando conmigo el regalo por los dos años de relación.

La pequeña caja, la prueba de embarazo que hace un mes atrás me había hecho.

Quizá con esta noticia cambie, quizás me vuelva a amar de nuevo.

Tenía su llave en mi bolso, el misma me la había dado.
Nerviosa abrí la puerta, adentrandome sin siiqera hacer ruido.

Mi corazón se rompió al oír gemidos, provenientes de su habitación.
Me negué a pensar lo peor.

Subi a paso callado, no queriendo llamar la atención. La puerta yacía media cerrada, viendo como aquel que juro amarme estaba con su mejor amiga, teniendo sexo.

—¿¡Que significa esto!?—Grité entre sollozos.

Taehyung la separó con Rapidez, cubriéndose.

—N-No es lo que parece, Jinha—Dijo, mirándome con pánico.

—Me das asco, tu y tu amante se pueden ir a la mierda—Dije, saliendo de la habitación.

Corrí hacia la planta baja, saliendo de aquella horrenda casa.

Me percate que la prueba había caído de mis manos, pero no me importaba, no lo iba a tener.

Nunca quise tener un hijo, solo era una egoísta convenciendome que si quería tenerlo.

No quiero que sufra por mis irresponsabilidades, no quería ser como mi madre.

Pero nada volvió a ser como antes.

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Un mes, había pasado un maldito mes. No me había buscado, me percate que se había enterado, pero nunca me buscó.

Yo aborté, fue mi decisión, aún no estaba lista para ser madre.

El timbre resonó en toda mi casa, Solté un quejido caminando hacia la puerta.

Abriendola, percatandome que era el, aquel maldito que me engañó.

—Jinha—Dijo, sus ojos yacían llena de lágrimas.

Mi expresión era neutra, ya no sentía nada por el, me agradecía por dejar de quererlo, de amarlo.

—¿Que haces aquí?—Dije, mirándolo con tanto rencor.

—Jinha, cariño, perdoname—Dijo, arrodilladose.

No era la segunda opción de nadie, apostaba a que terminó con ella, es por eso que viene a mi.

—Largate, Taehyung—Dije.

Levantó su mirar.

—Perdoname, por favor, te amo—Decía sollozando.

Negué, Solté una sonrisa llena de rabia.

—Tu no amas a nadie, Taehyung. Tu solo amas que te amen, quizá si quieres, pero no amas—Dije.

Negó.

—Largate de mi casa si no quieres que llame a la policía—Dije, mirándolo enfurecida.

—Te prometo que cambiaré, pero no le abandones—Dijo.

—No, Taehyung. El único que abandona eres tú, tu eres un ser tan cruel—Dije, señalandolo.

Negó, bajo su mirada hacia mí abdomen que yacía plano.

—¿Que dirá nuestro hijo? Es lo mejor para nuestro niño, no querrás que crezca con sus padres separados—Dijo.

Manipulación, maldito hijo de perra.

—Vete al carajo, Taehyung—Grité empujandolo
—Yo no lo tengo, el ya no existe—Dije.

Negó—T-Tu, eres una-—Dijo, golpee su mejilla antes de que completará su palabra.

—Dirígete así a mi y juro que te meteré a la cárcel, yo decido por mi misma. Ahora, largate si no llamaré a la maldita policía—Dije, gritando.

El me miró por última vez.

Nos enamorabamos de personas equivocadas, personas que no merecían tener el amor de una persona.

El me arruinó, yo solo soy una más.