Capitulo XXXI

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El dolor en la entrepierna no me permite realizar bien los ejercicios de porristas. La estúpida de Rubí quiere que todo el tiempo estemos estirándonos y abriéndonos de piernas, y a mi me duele horrible. Llevamos aproximadamente toda la mañana en esto, porque hoy hay un juego importante para el equipo, y tenemos que destacar.

El primer juego de los chicos, es contra el equipo de una universidad no muy popular, pero de todas formas es importante. Estamos Emiliana, Valentina, Vanessa, y yo junto a las chicas del equipo de porristas.

¿Dato curioso? Moon también hace parte de las porristas, es.. sorprendente. No es que no pueda estar aquí, pero creí que tenía otro tipo de intereses. Como yo, por ejemplo, que estoy comenzando a odiar esto aun cuando amo el baile.

Si me hubiese inscrito a artes, todo sería diferente.

Aguantar la cara de la estúpida Rubí me amarga el día, y la semana de paso—. ¡Vamos de nuevo! —ordena después de los cinco miserables minutos de descanso.

No es cansado, esto no es ni la mitad del ejercicio al que estoy acostumbrada a realizar a diario. Pero jodeeer, Asher me ha hecho mierda la entrepierna. No digo que me arrepienta, al contrario, me ha llevado al cielo y me ha regresado en cuestión de segundos. Ahora entiendo la insistencia de Camila porque follaran, Vale. Totalmente. La. Pena.

Ya no puedo criticarla, hasta yo me encuentro deseosa por más, y eso que hace unos días aún era virgen. Mi entrepierna duele con el recuerdo y me muerdo ligeramente los labios deseando verlo.

La música de la primera coreografía comienza, colocándonos en nuestras posiciones, bailando con los pompones y fingiendo que todas nos queremos, siendo eso una total farsa—. ¿Y bien? —murmura Vanessa a mi lado cuando nos movemos al compás de la música.

— Ya sé sobre tu traición —murmuro haciendo el paso donde tenemos que bajar y abrirnos de piernas contra el piso, ¿a quien se le ocurrió esta porquería?

— Lo siento.. Lo hice con buena intención, te lo aseguro —alega cuando las dos hacemos un salto en el aire—. Además tú también traicionaste nuestra amistad, al contarle a Emilio antes que a mi.

— Él me ha obligado —las dos damos una vuelta bastante sensual—. Es un tramposo.

— Me lo suponía —confiesa sonriente—. ¡Dime que al menos valió la pena!

Una corriente eléctrica atraviesa todo mi sistema al recordar—. La valió, te lo aseguro.

Frunce el ceño ligeramente mirándome a los ojos—. No me digas que..

No tengo necesidad de negarlo, esta chica da miedo, todo lo sabe, te lee la mente en cuestión de segundos, las mejillas se me calientan, abriéndole paso al rubor en mi rostro—. Si.

Deja de bailar mientras todas seguimos haciéndolo, quedándose de pie—. ¡No me jodas! ¡Tienes que contarme todo! —grita llamando la atención de todas.

Rubí nos dedica una mala cara—. Les agradecería si se toman esto con seriedad, o van a jodernos a todas.

Vanessa asiente siguiendo con la coreografía—. Hoy es tarde de chicas —propone.

— Hoy es el partido —le recuerdo—. Y luego habíamos planeado ir al boliche con todos.

— Buscaremos el momento —asegura.

Rubí repite la coreografía al menos unas 25 veces, porque según: necesitamos enfocarnos para no arruinar su debut. En eso nos llevamos toda la mañana, al finalizar nos da dos horas de descanso entregándonos el uniforme que usaremos, el cual combinará con el traje que usarán los chicos del equipo y nos dirigimos a los vestidores.

Un dulce peligroWhere stories live. Discover now