━━━━ Siempre que Hongjoong asomaba su cabeza por la ventana, veía a ese chico de apariencia triste y aura oscura fumando un cigarrillo.
@𝘃𝗮𝗻𝗶𝗹𝗹𝗲𝘀𝘀𝘂𝗮 | 2O23
Apenas llevaba tres días en cama y se sentía como una verdadera tortura.
No había mucho que hacer, solo ver televisión y jugar en su celular. Leer no era una opción, por supuesto, los trabajos de literatura lo habían dejado traumado.
Se estiró en su cama, dispuesto a dormir. Apenas era media noche, bastante temprano para él, pero no quería soportar más ese agobiante aburrimiento.
Su cabeza apenas alcanzó a rozar la almohada cuando se vio obligado a enderezarse de nuevo.
Un avión de papel entró por su ventana.
¿Acaso era un Deja Vu?
Sabía que el responsable de aquello era Mingi, pero los últimos días y todo lo ocurrido le habían dejado el claro que alejarse de él era lo mejor.
Además, ya lo tenía decidido.
No era buena idea involucrarse en la vida de Song Mingi. Por lo mismo, se negó rotundamente a recoger aquel avión.
Hasta que llegó el segundo.
Un segundo avión de papel cruzó el umbral de su ventana.
Algo aturdido por la insistencia del contrario, Hongjoong trató de moverse sobre su cama. Gateó como pudo hasta el borde, y estirando su brazo logró recoger ambos aviones. Luego volvió a su posición inicial, procurando no hacer un mal movimiento con su pierna lastimada.
Entonces desdobló el primer papel.
« ¿Cómo está tu pierna? »
Hongjoong alzó una ceja, extrañado.
¿Cómo sabía Mingi que se había roto una pierna?
Ignorando ese detalle, desdobló el segundo papel.
« Gracias por ayudarme el otro día. »
La verdad, esa experiencia era un recuerdo que prefería olvidar. Lo había enterrado en el lugar más remoto y abandonado de su memoria, porque el simple hecho de revivir aquel momento, el temor, la desesperación... todo le provocaba unas inmensas ganas de vomitar.
Pese a eso, algo en tu interior lo empujó nuevamente hasta el borde de la cama. Una vez allí, con ayuda de su pierna en buen estado, logró trasladarse a la silla de su escritorio. Se movilizó mejor allí, con las rueditas y los impulsos de su cuerpo.
Quiso sacar un lápiz para responder la notita, pero dentro de su campo visual logró percibir la presencia del peli-ceniza en el umbral de la ventana paralela.
Suspiró, sin muchos ánimos de lidiar verbalmente con él esta vez.
Se arrastró en la silla para quedar más cerca de su ventana, apoyando sus codos en el marco. Sentía la mirada pesada de Mingi sobre su rostro, incomodándolo.
Hongjoong juraría que el rostro de Mingi estaba más apagado que nunca.
—Escucha, yo... —no sabía cómo decirle con gentileza que ya no quería tener más contacto con él, y que esa absurda relación (si es que se le podía llamar así) debía cortarse de una vez por todas.— Sonará repentino, pero la verdad es que no estoy dispuesto a...
Mingi aplastó su cigarro en la palma de su mano, apagándolo. Luego, cerró la ventana y desapareció entre la oscuridad de su habitación.
¿Qué diablos había sido eso? ¡Ni siquiera lo había dejado terminar!
Ya no le extrañaba ese dudoso comportamiento, así que simplemente suspiró, yendo nuevamente hasta su cama.
Hasta que un tecer avión de papel hizo aparición.
Rápidamente, Hongjoong volteó su vista hacia la ventana contraria, y notó que estaba entreabierta. Mingi era muy rápido para esconderse.
Entonces tomó el papel entre sus manos, pero no hizo falta desdoblarlo para leer correctamente el mensaje.
« No te alejes de mí, por favor. »
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