1. The Porsche

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Hyunjin estaba a punto de salir del edificio cuando notó un Porsche atravesado justo en la entrada del estacionamiento. La fortuna de estar en un condominio lujoso era que fácilmente podría encontrar al inútil dueño de aquel auto. Una de las paredes cercanas al elevador poseía una enorme lista con las placas de los coches y las plazas de los estacionamientos, por lo tanto si había algún problema los dueños se encontrarían fácilmente.

Una vez frente a la lista averiguó lo que estaba buscando: LK-25: Lee Minho, piso 7, dpto. 14. Hyunjin rodó los ojos, era el último piso del jodido edificio y todos eran dobles, así que técnicamente aquel bastardo vivía en el piso 14. Resopló y refunfuñando se subió al elevador.

Minho se estaba espabilando en su sala tratando de menguar los resabios de la resaca; su falta de costumbre a embriagarse le estaba pasando factura. Trataba de comprender por qué la gente solía hundirse en alcohol si al día siguiente las consecuencias eran un suplicio, cosa que, desde su punto de vista, no valía la pena. Minho disfrutaba beber, sería hipócrita si dijera que no, pero jamás al grado de perder la conciencia; claro que la noche anterior había hecho mal los cálculos y estaba inconforme con los resultados.

Metido en una improductiva reflexión sobre sus hábitos de bebida el timbre de su casa sonó dos veces, sobresaltándolo. Era rarísimo, nunca nadie tocaba el botón ruidoso de su puerta, pues sólo sus amigos cercanos tenían acceso al condominio y usualmente le avisaban cuando se pasarían por allí. Luego un par de golpes fuertes sonaron en la puerta y eso lo puso a la defensiva, ¿quién demonios estaba tocando?

Se levantó extrañado y caminó hasta la entrada, se asomó por la mirilla y pudo vislumbrar a un hombre que no conocía de absolutamente nada. Minho se extrañó, abrió la gaveta en su entrada y comenzó a abrir la puerta con sigilo.

—Necesito que muevas tu elegante carro de mi camino—soltó Hyunjin.

—¿Y por qué debería hacer eso? —contraatacó Minho, que ni siquiera sabía de qué hablaba.

—Porque está estorbando la circulación.

—No entiendo a qué te refieres—era genuino, no tenía idea de qué hacía allí ese pelinegro con el ceño fruncido.

—¿Eres Lee Minho? —el nombrado asintió—Entonces tu Porsche está obstruyendo la entrada del estacionamiento.

—Ya veo...—y pensó que quizá la noche anterior el imbécil de su chofer designado debió estacionarlo así.

—¿Podrías ir a moverlo? —insistió con impaciencia Hyunjin y Minho decidió que quería divertirse un poco.

—Podría, sí, sin duda—sonrió altanero—pero no me apetece hacerlo.

La mueca de alegría que se había posado en el rostro de Hyunjin cambió de inmediato.

—¿Qué? —preguntó desconcertado.

—Es muy temprano en la mañana como para ir hasta el sótano del edificio, sentarme en mi asiento de piel y colocarlo correctamente, quizá lo haga más tarde, si tengo que salir, por ejemplo—respondió con suficiencia y Hyunjin sonrió sarcásticamente.

—Ya está, eres el típico rico que se rompe las uñas por hacer algo él mismo, o quizá eres demasiado altanero como para aceptar que eres un asco manejando ¿cierto? —contraatacó.

—¿Pretendes que eso me ofenda? —dijo Minho mientras se recargaba en un lado de la entrada.

—Pretendo que muevas tu asqueroso coche.

—Pues no lo estás logrando.

—Vale, ¿podrías, por favor, mover tu auto de la maldita entrada porque está estorbando mi paso?

EMPTY [HYUNHO/MINJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora