Mi vida, mis decisiones.

disculpas.

Nota:
Lo mismo de la ortografía 👉👈😁

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—mi cabeza no da más, y siento muchas ganas de vomitar— dijo Roseanne rodando sobre la cama como única opcion disponible para moverse.

—dado que te bebiste todo el alcohol, me sorprende que sigas respirando— dijo Mili quien estaba en la cama del lado.

—diablos, que dolor, me duele hasta respirar— dijo dejándose caer de la cama algo más fuerte de lo que le gustaría.

—¡Auch!— se quejo Bitzeel al recibir el cuerpo de Roseanne sobre el suyo.

—lo lamento, no te vi...solo quería ir al baño.

—esta bien, solo me rompiste tres costillas— dijo bromeando haciendo sonreír a Roseanne.

—¡Bitz, ya me...voy!— se detuvo sorprendida al ver la escena.

—claro, me voy contigo, tengo cosas que hacer— dijo corriendo a Roseanne de encima de ella haciéndola quejarse por el golpe contra el piso y levantándose del suelo como si este quemara.

—claro, te espero afuera— dijo aún estática en la puerta.

—me visto rapidísimo— dijo mirando a Roseanne y a Jessica incómoda.

—necesito llegar al baño, ¿Alguien puede ayudarme?— dijo Roseanne tomándose la cabeza aún con los ojos cerrados al no aguantar el dolor al abrirlo.

—yo no, quiero dormir— dijo Mili tapándose, hasta la cara.

—gracias, que buena amiga eres.

—yo estoy ocupada vistiendome— dijo Bitzeel poniéndose los pantalones.

—bien, pues orinare aquí mismo, gracias por su ayuda— dijo dándose media vuelta y quedar con su rostro pegando al suelo odiandose por las decisiones del día anterior.

Comenzó arrastrarse menos de un minuto después porque no aguantaba las ganas de orinar, fue cuando Bitzeel se apiadó y la levantó del suelo.

—eres una exagerada.

—no suelo beber, ¿ de acuerdo?, apenas si puedo recordar mi nombre— dijo Roseanne dejándose caer en el hombro de Bitzeel.

Bitzeel la ayudo a llegar hasta el baño y se dió la vuelta sin abandonarla para que pudiera hacer sus necesidades, por su parte Jessica seguía tras la puerta muy alerta y completamente desconfiada de la escena, sentía tantos celos, ansiedad y angustia, sin embargo no había mucho que pudiera hacer, así que aguanto, espero y tres minutos parecieron eternos, pero verlas salir de ahí la hizo soltar el aire contenido en sus pulmones y sintió todas sus facciones relajarse.

—gracias— dijo Roseanne prácticamente desmayandose en la cama.

—creo que alguien debería cuidarla, en cualquier momento cae en un coma etilico.

—ya paso la peor parte, al menos puede levantarse, o algo así— dijo Jessica.

—bien, entonces vamos, de todas formas está Mili.

—claro.

Las chicas abandonaron la casa de Roseanne, quien no se enteró de aquello hasta cerca de las cuatro de la tarde cuando Mili ya estaba lo suficiente preocupada tratando de descubrir si es que su amiga seguía viva o no.

Así que la despertó a gritos, la metió a la fuerza a la ducha y la baño con agua fría, le dió un café mientras se encargaba de pedir algo rápido para comer en un intento de bajar las consecuencias del alcohol.