Marcus, Sophia y Bitzeel

102 9 2
                                    

Jessica y Roseanne había tardado poco menos de una hora en llegar, vieron  el auto abandonado y el resto del camino indicado lo siguieron a pies. Marcus y Sophia estaban escondidos tras una pequeña casa abandonada, la menor estaba asustada y Marcus lloraba mientras la abrazaba, tenía casi veinte años y parecía un bebé llorando.

—¡HEY! Ya estoy, subamos al auto y solucionemos esto.

—si.

Entre sollozos los hermanos abordaron el auto, justo despues de trasladar los bolsos con ropa del auto averiado. Apenas se sentaron sintieron alivio, una carga había desaparecido del pecho y por fin Marcus podía respirar.

—¿Qué fue lo que paso?

—hace unas semana me echaron de la casa, Sophia y yo, nos estuvimos quedando en el auto, fui multado un par de veces y luego Urriega lo descubrió, hizo la denuncia, llegó una carta a la casa que arrendaba con una advertencia del asistente social, Banksy me entrego la carta, para cuando lo supe ellos ya estaban buscandome, así que huí.

Jessica quiso contener las lágrimas, sentía que este era el fin de la partida, que no había lugar donde escapar porque finalmente lo encontrarían y las cosas serían mucho peor, pero por supuesto que no diría aquello, tenía que sonar optimista, tenía que obligarse a creer que habían soluciones.

Discutieron alguna ideas que Jessica proponía, pero cada una sonaba mas irreal que la anterior, la castaña por su parte se mantuvo al margen, ella tenía clara la postura de que la pequeña estaría mejor en otro sitio, sin embargo, ya no podía insinuar eso, tenía tristeza por la situación pero había que pensar en base a la lógica y no el corazón.

Al llegar a casa, explicó toda la situación a su madre, pero solo cuando los hermanos se encontraban descansando en la habitación de invitados, la pelinegra le rogo a Elena que le ayudara a Marcus para que no le quitaran a Sophia, tras casi una hora rogando y dando explicaciones, su madre le dijo que vería que se podría hacer, aquello dejo mucho mas tranquila a la ojiverde, era mejor que nada, aunque no era muy concreto. El resto de la tarde paso lento, cada minuto era mas pesado y largo que el anterior, estaba distraída y bastante molesta con la situación de Marcus, sentía que de alguna forma era culpa del mayor por no haber aceptado su ayuda antes, sintió que había esperado que la bomba explotara en su cara para pedir ayuda, odiaba lo orgulloso que podían ser sus amigos, detestaba eso en ello, que sintiera que era casi denigrante recibir ayuda y estaba molesta, La ojiverde dejo ir un suspiro pesado, cargado de ira y la castaña notó las emociones en ese aliento liberado.

—¿estás bien? Es decir, se que no, pero...dime que sientes. Has estado callada por horas.

—estoy enojada. Con Marcus especificamente.

—¿por qué?

—¿tienes una idea de cuantas veces le ofrecí mi ayuda monetaria?

—entiende que tiene que ser todo un debate mental para ellos. ¿Crees que no desearían decir que si fácilmente?¿Sabes? Yo creo que se trata de no hacerte sentir mal a ti, no quieren que tengas la sensación de que la única razon por la que estas en su vida es porque les facilitas las cosas en el ámbito económico.

—yo jamás pensaría eso.

—pero ellos creen que podrían hacerlo, mira de que lado estamos. ¿No te creería si dijeras que jamás has escuchado el "son muy aprovechadores, quieren todo fácil y regalado"? trata de crecer oyendo eso y te apuesto a que no aceptarías un peso de nadie, querrías demostrar que no es el caso.

—es que no puedes ser tan terco.  Si te ves con la mierda hasta el cuello, entonces...debes dejar que te den una mano, por muy orgulloso que seas, uno debe aceptar la ayuda. Sobre todo cuando la otra persona lo hace verdaderamente de corazón, igual que Bitzeel. Su parte Link la hace orgullosa.

Mi vida, mis decisiones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora