00. más salame que queso

2.1K 197 87
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.










Ahí andaba, luchando para encontrar el lugar que habían conseguido. Jugaba River, y mi grupo de amigos, siendo del club ya nombrado, no me dejaron otra opción que venir o quedarme sola en mi casa como un perro.

Lo que es gracioso, porque técnicamente y por herencia soy de San Lorenzo, pero nunca fui realmente fanática. Y no tenías que mirarme muy de cerca para darte cuenta que esta era la primera vez que pisaba una cancha.

Puede llegar a llamarme la atención, pero no como a mi familia que se sienta cada uno en un lugar determinado en frente de la tele y no se levantan hasta que el partido haya terminado.

Hacía frío, pero no como los días anteriores, que habían sido para quedarse en la cama con diez frazadas encima. Estaba bancable.

Era el entretiempo, así que estaba sentada esperando que los minutos pasaran rápido para poder salir de acá. El resto de mis amigos estaban en la suya, pero parados. Franco y Luli, que son novios, y no desperdiciaban un minuto para estar juntos, ya sea abrazándose o comiéndose la boca el uno al otro. Y Lucas, que saltaba como un loco con algunos hinchas de alrededor.

Sus gritos y los de todo el monumental aumentaron cuando los jugadores entraron otra vez. Mi amigo me miró, sacudiendo mi hombro.

━━ ¡Dale, metele onda!

— No me jodas – le dí una palmada para que me soltara. No le tomó tanta importancia, pues siguió saltando.

Estaba aburrida, después del primer tiempo ya pierde la gracia a mi parecer. Y el boludo de Medina no dejaba de grabar, así que tampoco podía quejarme en voz alta tranquilamente.

A pocos minutos de haber empezado, ya se estaban peleando por la pelota cerca del arco del rival, lugar cercano a nuestros asientos. Lo que era un poco la idea de mis amigos.

Escuché el grito de Lourdes, pero no llegué a reaccionar. Y antes de que me pudiera dar cuenta, la pelota ya me había golpeado la mitad de la cara.

Claramente noté las miradas de la gente que estaba alrededor nuestro. Algunos se reían por lo bajo y otros miraban con preocupación. Pero a mí solo me importaba el hijo de puta sin puntería que me había golpeado. Como si fuera el colmo, llegué a ver una camiseta roja y blanca haciendo un gesto de disculpas con las manos.

— ¡Al arco, pelotudo! – llegué a gritar, antes de atajar con mis manos las gotitas de sangre. Y mirá que yo no suelo sangrar mucho cuando me lastimo.

Fua.

Gracias al aire frío se me dificultaba respirar bien por la nariz, por lo que ahora estaba respirando por la boca. -Si no es uno es el otro, ¿no?- Por ende, mis labios estaban entreabiertos antes de que llegara la pelota. Así que también me dolían los dientes. Piola.

HOW YOU GET THE GIRL¹; julián álvarezWhere stories live. Discover now