Boyfriends? | 𝐬𝐮𝐧𝐠𝐣𝐚𝐤𝐞

Quince - (Dulces sueños, bebé)

— Iremos a dormir, ¿sí, dulzura? — preguntó Sunghoon, abrazando de su cintura con fuerza.

Jake asintió, dejando un pequeño besito en el cuello del mayor mientras éste caminaba con cuidado a su habitación, subiendo las escaleras de igual manera.

Silencio más la suave respiración del menor era lo que reinaba en la habitación cuando entraron.

La cama del azabache, a comparación de la cama de Jake, era más pequeña. La del castaño era de dos plazas, mientras que la de Sunghoon era de una plaza y media.

El azabache sostuvo con uno de sus brazos el cuerpecito del menor y con la otra destapó las sábanas de su cama.

Jake ya se encontraba dormido. El cansancio lo venció y no ayudó en mucho el calor que emanaba el cuerpo de su hyung.

Sunghoon lo apoyó en el suave colchón con un cuidado descomunal, como si fuera una pieza de cristal que debía ser cuidada y tratada con suma delicadeza.

Una vez pudo dejar al menor en la cama, este se acomodó a su gusto. Sunghoon sonrió, tapando el pequeño cuerpo con las sábanas.

Besó su frente.

Luego, fue en busca de un colchón en el que podría dormir en el suelo. La cama no era pequeña, pero prefería que Jake durmiese muy cómodo.

Ambos ya estaban en pijama, por lo que cuando pudo poner el colchón de una plaza en el suelo, al lado de su cama, se acostó, cubriéndose con mantas y una cobija gruesa para el frío.

Luego de ver un momento sus redes sociales, se dispuso a dormir.

Todo estaba bien, el silencio dominaba la casa y la misma habitación, hasta que el sueño del azabache se vio interrumpido en medio de la noche cuando un peso arriba suyo hizo que abriese sus ojos de golpe; encontrándose con una cabellera castaña bastante familiar apoyado en su pecho.

Sintió a Jake removerse arriba suyo, buscando mayor comodidad en su cuerpo.

Sunghoon estaba confundido, siempre olvidaba hasta su nombre cuando apenas despertaba.

Unos segundos bastaron para que reaccionara, dándose cuenta que Jake estaba arriba suyo durmiendo en su pecho.

— Jakey... — llamó. No es que quisiese despertarlo, pero le preocupaba que quizá el menor había tenido una pesadilla.

Jake balbuceó un poco antes de que levantara su cabecita, su cabello estaba desordenado y un ojito lo tenía cerrado.

— ¿Mmh? — preguntó, mirando a Sunghoon.

— ¿Pasó algo, bebé? ¿Tuviste una pesadilla? ¿No estabas cómodo en mi cama?

Jake negó, tallando uno de sus ojitos.

— Hoonie Hyung~ — se quejó como si estuviera a punto de hacer un berrinche. — ¿Por qué duerme aquí? Tiene que dormir con Jakey. — puchereó.

Sunghoon sonrió con ternura, acariciando los rizos castaños de Jake.

— Quería que durmieras cómodo, mi vida. — contó antes de que Jake se pusiera como un osito gruñón.

— Estaba más incómodo solo. — bufó, viéndose como un niño caprichosamente tierno.

— Está bien, está bien. — se rindió el mayor con una sonrisa.

Jake -con ayuda del mayor- se escondió bajo las sábanas, encontrando comodidad incluso si era en el suelo, y lo único que lo separaba de ello era el colchón.

Sunghoon atrajo al menor a su cuerpo, aunque ya estuviesen demasiado juntos a causa del colchón de una plaza.

Jake se acomodó nuevamente en el pecho de Sunghoon, oliendo su aroma, por lo que decidió colocarse un poco más arriba de él.

Y sí, con "un poco más arriba" se refería a estar completamente arriba suyo, mientras Sunghoon lo abrazaba con ambos brazos desde su cinturita.

— Dulces sueños, bebé. — murmuró, cerrando sus ojos.

— Buenas noches, Hoonie. — susurró, cerrando sus ojitos igual, durmiéndose cómodamente en los brazos de Sunghoon.

La persona de la que estaba enamorado.

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