Piloto a la vista

4

—¿Qué tal he corrido hoy?—Me pregunta Izan mientras se quita el casco.

—Nada mal. Pero no me sentiré orgullosa hasta que no me ganes. Hasta ese momento no estarás listo para moto3.

—Espero que sea pronto.

Miro la hora y eran las 1 y media de la tarde.

—Bueno esto ha sido todo por hoy! Me voy al piso que tengo una comida y no quiero llegar tarde.

—Bueno pues entonces después nos vemos.

Salí de boxes y me dirigí al piso para ir a la comida que había planificado mi hermana Caro en mi bar favorito. Pero alguien me cogió del brazo e hizo que me tambaleara casi cayéndome al suelo.

—Oye! Pero qué haces!— Me giró encontrándome la cara de Daniel Holgado.

—Perdón, solo quería hablar contigo.—Me dice disculpándose.

—No tengo tiempo para tus tonterías ahora Daniel, tengo prisa. Buen día.—Digo y sigo mi camino sin darme la vuelta y llegó a el piso.

Ya eran las 2 y 10 de la tarde y había quedado en comer con mi hermana a y media. Así que me dispuse a ir a por la moto para ir a el bar.

Al salir por la puerta del edificio me encontré de nuevo a Dani Holgado pero no quise hacerle caso.

—No te parece suficiente, con seguirme como un perro a mi, que ahora vas detrás de mi hermano—Me dice en un tono alto para que así pudiese escuchar ya que estaba un poco lejos de él.

—No te incumbe lo que haga o no haga en mi vida privada.—Le dije en tono calmado mientras me ponía la chaqueta de cuero.

—¿Enserio vas con esas Mar?

—No me llames Mar—Le digo ya empezando a enfadarme.

—Te llamaré como a mi me salga de los huevos.

No le contesto y me pongo el casco con intención de arrancar la moto e irme pitando de allí pero alguien me coge del brazo.

—¡Pero qué manía tiene la gente de tirarme del brazo ostia!—Digo y me giro subiéndome la visera del casco para ver mejor quien me había tirado del brazo.

—¿Ahora tú que mierda quieres también Izan?—Le digo casi gritando.

—Antes no eras así Mar—Dice Daniel mientras miraba la moto.

—La gente cambia, por si no lo sabías. Como te oiga decir de nuevo Mar u otro mote, no voy a ser consciente de mis actos. Capichi?

—Capito

Siento la vibración de mi móvil en el bolsillo del pantalón y lo cojo.

—Oye nena, hay lío en la academia. ¿Te importa dejarlo para otro día?—Veo el mensaje de Caro en la pantalla del móvil. Y le respondo—No importa Ca, otro día mejor.

Escribo el mensaje, lo mando y me giro hacia Izan. Que está parado a mi izquierda con una chaqueta de cuero igual que la mía y un casco en su mano.

—¿Te vienes?—Le digo a Izan, pasando completamente de su hermano que está enfrente nuestra.

—Encantado Rubia—Me responde y se dirige a la YAMAHA YZF-R125 que está aparcada al lado de la mía.

Nos montamos en las motos, arrancamos y salimos del aparcamiento sin decirle ni una palabra a Daniel.

Llegamos a un Mcdonald's que hay a un par de calles de la academia y aparcamos.

—Oye, ¿Y esa tensión que hay entre tú hermano y tú?—Le digo mientras él se quita la chaqueta.

—Tiempo al tiempo Rubia.—Me responde con una sonrisa.

Entramos y pedimos nuestros menús.

—Esperaba que fueses más maduro. Tienes 20 años por favor Izan—Le digo aguantándome la risa.

—Perdona pero los happy meals son el mejor menú de este sitio. Aunque también me pedí una McPollo por favor, no quiero morir de hambre.—Me responde, mientras coge la hamburguesa y la abre.

—Bueno cuéntame algo sobre ti Marta Ruíz. No sé mucho.

—Pues no se que contarte la verdad.

—¿Cuántos años tienes?

—19

—¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

—Qué pregunta más tonta por favor Izan. Pues a parte de las motos, me gusta mucho leer y escribir—digo, haciéndole recordar cuando el otro día leyó mi diario.

—Tu diario está muy interesante. Quiero leer más.

—No te preocupes que lo quemó antes que lo leas.

—Piromana.

—Bueno cambiemos de tema mejor, no?¿Qué te gusta hacer a ti fuera de este mundillo?

—Me gusta leer igual, pero no lo hago mucho. También juego al fútbol, me gusta salir con mis amigos, aunque no soy muy fiestero. Si hay que salir salgo pero, el mejor plan para mi es quedarme en casa viendo Netflix.

Y así nos pasamos toda la comida, conociéndonos unos a otros.