10.

1.7K 224 47
                                    

Cuando llego a la compañía Minho ya está allí y es el primero en recibirme. Qué raro, creí que estaría almorzando. Hyunjin no mintió al decir que nunca se toma el tiempo de comer cómo se debe.

—Por fin llegas. ¿Puedes ir a mi oficina y traer los papeles que están en mi escritorio? Asegúrate de que sean todos.

Vengo un poco distraída, así que apenas logro captar sus palabras, pero asiento de todos modos. Dijo algo sobre papeles, ¿no? Antes de moverme tiro el café a la basura, pese a que está casi entero, pero es que no quiero nada que venga de Yuno. Minho parece extrañado ante mi actitud y aunque no me cuestiona nada, sé que su inquisitiva mirada me sigue hasta que desaparezco.

Entro a su oficina para buscar los documentos que me pidió llevarle, cuando de repente alguien irrumpe en el pequeño despacho. Es el señor Lee.

—Oh, lo siento —mira alrededor un poco confundido—. ¿He entrado a la oficina equivocada?

—Si busca a Minho, esta es su oficina, pero no está aquí.

—Oh, bien.

Llego a creer que se marchará después de eso, sin embargo, cierra la puerta y se mantiene apoyado en ella.

—Esto sonará muy repentino pero... Gracias por tu trabajo.

—¿Disculpe? —dejo de recoger los papeles para mirarlo.

—Minho parece diferente últimamente.

¿Minho, diferente? Yo lo veo igual de amargado. Aún sin comprender a que vienen esos comentarios, me limito a asentir. El silencio se abre espacio entre nosotros por un breve momento y entonces continúo apilando los papeles.

—¿Pero a qué se refiere? ¿Dice que Minho está diferente gracias a mí?

—Verás... Hace tiempo que no le asignábamos un subordinado porque los últimos tres que tuvo terminaron renunciando. Supongo que ninguno de ellos pudo soportar su mal humor, pero al parecer tú sí puedes.

—Bueno, necesito el trabajo y sobre todo el dinero, así que su personalidad gruñona es la última de mis preocupaciones.

—Espero que siga siendo así. Tal vez no lo notas, pero está feliz de que sigas aquí, ayudándole. Sólo muéstrale un poco de paciencia y estoy seguro que se entenderán muy bien.

—Eso intento y, no se preocupe, no está en mis planes renunciar. —esbozo una pequeña sonrisa.

—Me agrada oírlo. No quiero hablar de más, pero Minho ha pasado por circunstancias que le obligaron a cambiar mucho. Le ha sido difícil volver a ser como antes y ver que su humor afecta a otros, también le afecta a él. No es así porque quiere, es sólo que las secuelas que se dieron a raíz de la situación influyen mucho en su comportamiento.

Bien, ¿a qué viene todo esto? ¿Y por qué de repente siento una extraña sensación en mi interior? ¿Empatía? ¿Lástima? ¿Intriga? Quizás una mezcla de las tres.

—No quiero parecer indiscreta, pero ¿qué clase de situación es?

El hombre suelta una risilla y niega.

—Te dije que no puedo hablar de más.

—¿Él es su hijo?

—¿Qué te hace pensarlo?

—Pues parece conocerlo muy bien y considerando que los dos son Lee, no descarto la posibilidad.

El hombre ríe otra vez.

—Eres muy curiosa. En fin, ¡mantén tu buen desempeño! Estoy seguro que a Minho le agrada tu ímpetu. Eres la primera persona que deja entrar a su oficina sin su presencia.

Grietas del Corazón ; Lee MinhoWhere stories live. Discover now