39.

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He estado rodeada y abrumada por tantos acontecimientos interesantes que olvidé por completo mi cumpleaños. De no ser por la llamada de Doyoung que recibí hace unos minutos, no tendría idea de que hoy me estoy volviendo más vieja.

A pesar de ser día de trabajo, la llamada de mi hermano me ha puesto de buen humor.

Guiándome por la hora que es, Minho no tardará en pasar por mí. Me pongo los zapatos y tomo mi bolso para salir a esperarlo, pero... ¡Vaya bonita sorpresa! Él ya está aquí.

En cuanto me mira, extiende sus brazos mientras esboza una sonrisa pequeña y, sin perder un segundo más, me aferro a él.

—Un pajarito me contó que hoy es el cumpleaños de una chica muy linda.

—¿Ah, sí? ¿Quién será?

—No estoy seguro, pero dicen que lo que tiene de bonita lo tiene de irritante, torpe, llorona...

—¡Hey! —me separo de él y finjo estar indignada. No voy a mentir diciendo que esas cualidades son incorrectas— Trátame con más respeto porque ahora tenemos la misma edad.

—Sólo será por dos meses.

—Aun así.

Él ríe por mi cara.

—Feliz cumpleaños, amor.

De nuevo me aprieta en sus brazos mientras mi mente se ha quedado en blanco después de esas palabras. Ah, mi corazón ha perdido el control de sus latidos, ¡estoy sonrojándome!

—Gracias, Mininho.

—Este será el único día en el que permitiré que me llames así sin quejarme. —me señala. Yo asiento con una sonrisa.

—De acuerdo, Mininho.

—¡No abuses de tu poder! —vocifera,  señalándome una segunda vez.

—¡Dijiste que no ibas a quejarte!

(...)

No hay duda de porqué Minho ama estar en su oficina; es agradable echar un vistazo a la ciudad desde estas alturas. El cielo está despejado, la brisa sopla con suavidad en medio de los árboles y aunque el sol brilla reluciente, no hace tanto calor. Un día muy bonito en definitiva.

Jaehyun me dio una pulsera. Changbin, Jisung y Hyunjin me llevaron a comer y me obsequiaron una caja donde venía un enorme peluche de Kon y notitas con palabras de afecto. ¡Son tan lindos!

También he recibido buenos deseos por parte de mis demás compañeros y aunque esto no es mucho de mi agrado, me siento muy contenta y apreciada... Pero mi felicidad estaría completa si tan sólo recibiera un mensaje de mamá.

Llevo rato encendiendo y apagando la pantalla del celular con la esperanza de ver una notificación suya, pero nada aún. Y, aunque trate de ocultarlo, eso me afecta.

Estoy absorta en mis pensamientos, desconectada de mi entorno, hasta que un portazo me hace sobresaltar. Es Minho, quien se nota un poco alterado.

—¿Todo bien, Mininho?

—Sí, solo son responsabilidades —suspira y se queda mirándome fijamente—. ¿No piensas soltar ese peluche?

—No, es demasiado lindo y suavecito. ¿Por qué? ¿Estás celoso?

Él vira los ojos—. Mi sorpresa es mejor que ese tonto león.

—No puedo confirmarlo porque todavía no la he visto.

—Pronto lo harás. ¿Estás cansada?

—Te compré un té de burbujas.

—Te pregunté si estás cansada, lo pareces.

Grietas del Corazón ; Lee MinhoWhere stories live. Discover now