38.

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Mis ánimos han mejorado en estos últimos días, especialmente después de confirmar que todo está bien con mi cuerpo. Ya sé que no me pasó nada la noche del incidente, pero es mejor estar totalmente segura.

En cuanto a Yuno, no podía dejarle las cosas fáciles así que hablé con su mamá y le expliqué la situación. Ella me pidió vernos y ya que acepté, tuvo que dejar sus responsabilidades a un lado y viajar hasta aquí. La cité en un café cerca de la compañía.

—Qué pena causarle estas molestias, señora Im, pero Yuno ha estado dándome muchos problemas y esto último no lo puedo dejar pasar.

—¡No te disculpes, hija! Yo soy quien está apenada por lo que ese sinvergüenza hizo. De hecho, te agradezco que no le hayas puesto cargos, has sido demasiado buena con él. Lo Sacaré del hospital y lo llevaré conmigo. Te prometo que no volverá a acercarse a ti.

—Lamento que tenga que lidiar con esto. Usted ha sido una mamá increíble y él sólo le causa inconvenientes.

—Yuno tiene mucho por aprender y madurar, lo cuál es vergonzoso porque ya está lo suficientemente grande para saber lo que está moralmente bien y mal. Traté de ser un buen ejemplo para él y ¿cómo me paga? Convirtiéndose en la misma imagen de su papá —suspira negando—. ¿Hay algo más que pueda hacer para enmendar el daño?

—No, todo está bien. Usted no tiene la culpa de nada y le agradezco de corazón que haya venido hasta aquí para encargarse de él. Espero que no le moleste lo que mi novio hizo...

—Por supuesto que no. Con tantas estupideces que ha hecho, ya ni siquiera siento lástima por lo que le pase; son las consecuencias de sus propias acciones. Tú también debiste golpearlo. —me mira con una pizca de decepción y después sonríe.

Es un amor de persona, siempre lo ha sido.

—Espero que las cosas mejoren para usted y que ya no tenga que aguantar este tipo de niñerías. Sabe que la aprecio mucho.

—Lo sé, linda —acaricia mi mano con la calidez de la suya. Ah, si tan sólo su hijo fuera como ella—. No te vuelvas a preocupar por el tonto de Yuno, como dije, no volverá a meterse contigo. ¿Pero sabes que pasó con su celular? ¿Todavía tiene las fotografías?

—Mi novio lo hizo pedazos también...

—¡Perfecto! No pudo hacer algo mejor.

Mi celular vibra y me excuso para revisarlo. Es un mensaje de Minho diciendo que ya viene por mí. Lleva todo el rato preguntándome si estoy bien y de seguro se alarmó porque no he respondido.

—Señora Im, debo irme porque mi hora libre ya casi termina.

—Claro, claro. Yo iré al hospital ahora mismo.

—Muchas gracias por su ayuda y por prestarme su tiempo.

—No hay de qué. Cuídate mucho, ¿sí?

—Usted también. Suerte.

Me da un abrazo y sonríe por última vez, entonces abandono el local. Minho llega pocos minutos después y conduce de regreso a la compañía.

—¿Cómo te fue?

—Bien. La señora Im dijo que se encargará de él y que no lo volveré a ver.

—Espero que así sea porque donde lo vuelva a ver cerca de ti, no me importará mancharme las manos con...

—¡Minho, no digas tonterías!

—¿Qué? Es la verdad.

—Ni se te ocurra. Irías a la cárcel y me dejarías como madre soltera de tres hijos.

Grietas del Corazón ; Lee MinhoWhere stories live. Discover now