❝Be My Daddy; Messi y Ochoa (AU)❞

UNO

Guillermo estaba encerrado en su habitación con seguro en la puerta, estaba saliendo de bañar, se había sentando en el borde de la cama esperando a que el cuerpo se le secara.

Aunque en realidad tenía otro plan en su mente.

Estando avergonzado aún de lo que iba hacer empezó a llevar su mano a una camisa que se encontraba descansando en su cama, la llevó a su cara oliendo el delicioso aroma a frutos rojos que aún mantenía la camisa.

No pudo evitar soltar un jadeo completamente emocionado moviendo lentamente las caderas estando emocionado, sabía lo que iba a ocurrir.

Apretó entre sus dientes la remera para sostenerse con una mano de la cama y la otra fue directamente hacia su pene, que ya estaba reclamando un poco de atención.

Aprovechando que aún su mano estaba húmeda empezó a moverla sobre toda su longitud sintiendo las corrientes eléctricas recorrer su cuerpo, se permitía así mismo gemir lentamente sin dejar de frotarse contra la cama de forma desesperada.

Se sentía tan caliente, tan deseoso, deseaba que su mano en realidad fuera de alguien más a quien le estaba dedicando aquella masturbación. Necesitaba sentirse avergonzado y que ese tipo lo mirara jalando su pene de arriba abajo.

Que asqueroso era Guillermo.

—A-Ah Lio — Gimió fuertemente con las mejillas rojas cuando estaba culminando en su mano. La respiro era agitada y ruidosa, sonreía sonrojado por lo que había hecho, pero no parecía arrepentido de nada.

—¡Guille! Ya llegó papá, dice que bajes a cenar — Gritó el hermanito menor de Memo, Andrés.

—¡Ya voy! — Le gritó al pequeño para levantarse rápidamente de la cama y empezar a vestirse.

Algo muy caracteristico del rizado era su “ peculiar" gusto para vestirse y lo que le gustaba, desde muy pequeño sabía que estaba en el cuerpo incorrecto.

Esa fue una de las razones por la cual su madre los había abandonado.

Tomó una camiseta de tirantes  rosita de fresitas y un pans de rosa pero un tono más fuerte con estampando de Hello Kitty.

Se cepilló el cabello y salió de la habitación para dirigirse a la cocina donde estaba su padre junto a su pareja actual.

—Hola cariño. ¿Cómo estás?— Sonrió Lozano acomodando los platos en la mesa, cuando se acercó el rizado le dió un beso en la frente —¿Que tal la escuela?— Preguntó sonriente.

—Hmm Bien, supongo — Se levanta de hombros sonriendo ligeramente ayudándolo acomodar las cosas para buscar a su hermano y sentarlo en la silla.

—Me alegra, anda no seas grosero, ve a saludar — Señaló al hombre que aún estaba dejando su abrigo en el perchero.