SEIS

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—No seas tan ruidoso, puede llegar en cualquier momento — Se quejaba Lionel.

—N-No puedo... ¡Ah! ¡Dios!¡Si! ¡Dame ahí por favor —

Guillermo era follado fuertemente por el argentino estando en cuatro en la cama, su cuerpo rebotaba con mucha violencia sintiéndose excitado por el coraje que tenía el argentino.

—¡No grites puta! — Gimió Lionel golpeando el punto del menor, jaló su cabello con fuerza— Sos toda una zorra adicto a mi pija, ¿No es así?— Jaló con más fuerza llegando al orgasmo.

Los ojos de Guillermo se colocaron en blanco sonriendo por el placer, empezó a mover las caderas de forma circular cuando el semen de su padrastro llenaba todo el culo.

—S-Sí papito... Ah, me encanta tenerte tu verga — Gemía cansada acercándose al castaño  para besarlo pero este lo detuvo fuertemente— Vamos ... Es solo un besito Lio—

—No, no me gusta besarte, arruina todo — Le contestó con seriedad colocandose de pie, se acomoda el pantalón y se sentó en la cama suspirando hondo.

—¿Por qué? ¡Me gusta besarte! — Susurró.

—No quiero que borres los besos de Hirving —

Eso hizo enfadar al muchacho rizado.

Mirando al mayor de mala gana de colocó de pie tomando la ropa que estaba en el suelo y se la colocó.

—Siempre es la misma mamada. Si tanto respeto le tuvieras a mi papá, ya hubiéramos acabado esto de dos años — Lo miró con seriedad.

Así como lo había dicho el joven, ya eran dos años manteniendo esa relación en secreto, tenían que irse a hoteles o aprovechar que Lozano no se encontraba en casa pada poder estar juntos.

Lionel no tenía ningún cuidado ni nada, siempre era un grosero con el chico, pero era lo que más adoraba Guillermo.

Sentirse humillado por el argentino, era un chico muy inestable, recibir los regaños de Lionel eran peor, pero lo excitaba.

—Vos sabes que si hubiéramos acabado te ibas a suicidar por el tremendo pelotudo que eres — Contestó con simpleza Lionel.

Era el deporte favorito de Messi insultar al chico y mirar como los ojos se le mojaban de lágrimas y después en cuestión de minutos ya estaba excitado listo para saltarle encima de nuevo.

Guillermo se acercó lentamente ronroneando en su cuello, sus manos pasaban por el delgado cuerpo de Messi.

—Solo un beso papi, un besito pequeño, es lo único que pide tu putito — Pidió el menor lamiendo sus labios con una sonrisa.

Lionel ya frustrado lo tomó con rudeza del rostro para darle un beso, sintiendo como la lengua del menor trataba de introducirse a su boca; lo hizo, a los pocos minutos Guillermo ya estaba encima del mayor apretándole la mandíbula con fuerza lamiendo y explorando la boca del argentino.

—Ya, suficiente — Susurró el mayor apretando los muslos del menor para alejarlo, pero este seguía —¡Guillermo! — Ya enfadado cerró el puño dándole un golpe certero en el rostro del menor tirándolo al suelo —¿No entiendes que hay límites maldita sea?— Le regañó — Me estás hartando Guillermo, tú no estás enfermo, solo eres imbécil — Le escupió en la cara saliendo de la habitación del menor.

De nuevo la sensación de estar vacío volvió a Memo, quién se quedó en el suelo mirando como su nariz chorreaba sangre por montones.

¿Por qué le dolía tanto las palabras del mayor y no el golpe?

Él se llegaba a cansar de si mismo en ocasiones.

No podía creer. Que después de tanto sufrimiento, humillaciones y ser la segunda opción, seguía enamorado de él.

Eso era porque Guillermo no conocía como era el amor verdadero de una pareja.

El amor no es para estar ocultos.

Pero Guillermo pensaba que Lionel era la única persona interesada en él.

Pronto escuchó su teléfono, de seguro era uno de sus amigos.

—¡Memo! Acaba de comprar unas madres bien sabrosas, ¡Ven a mi casa! —

—Hola Chicha. Bien. En un rato voy, solo deja que tome un bañito y me lanzo a tu casa — Le contestó al muchacho.

Tomó una toalla y se metió al baño a ducharse rapidamente.

A los pocos minutos ya estaba saliendo de la casa rumbo a la de su amigo.

—¡Ven! ¡Pasa! — sonreía el muchacho tomando del brazo al rizado para meterlo a su casa.

Memo solo hizo una mueca entrando al lugar sentandose en el sofá. Miraba que su amigo parecía muy emocionado por lo que estaba por mostrar, no se sentía de buen humor, si se trataba de alguna broma o algo que solía hacer su amigo, definitivamente iba a romperle la casa.

El muchacho saca una cajita de color marrón dejándola en la mesa, miró al rizado y le jala con cuidado haciendo que se sentara en el suelo.

Guillermo sonrió un poco haciendo caso dejando la barbilla en las rodillas para observar lo que estaba por hacer su amigo que sonreía.

En cuanto abrió la caja, observó detenidamente las pertenencias del chico: una cuchara quemada, encendedor, muchas pastillas, frascos, jeringas, alcohol, una liga y varias bolsitas con un polvito.

—¿Y que es esa madre? ¿Tu botiquín de esquizofrénico?— Se burló algo indignado Guillermo.

—No seas tonto. Hace tiempo te dije que te iba a enseñar lo que hacía, creo que es hora y se me hace que a ti te va a gustar — sonrió el mayor emocionado empezando a preparar algo con la cuchara, tomó una pastilla empezando hacerla polvo — Así dejaras de sentirte tan mal —

Revolvió la pastilla con uno de los polvos colocandola en la cuchara, tomó el encender y puso este debajo del objeto metálico viendo como el polvo se hacía líquido, aprovechó para tomar la jeringa y jalar toda esa sustancia.

Guillermo estaba muy atento observando lo que hacía el de cabello corto, quién le colocaban la liga en el brazo lo más apretado posible haciendo que las venas de la mano se resaltaran.

—E-Espera...¿A qué te refieres que dejaré de sentirme mal? — Susurró nervioso.

—Vas a dejar de pensar un rato en tus problemas, te va a gustar amigo. Confía en mí — Sonrió Javier.

Guillermo no se atrevió a decir alguna otra palabra, solo movió la cabeza afirmando dejando que el mayor clavara lentamente la aguja en su vena, cerró los ojos ajustado, pero el cuerpo empezó a sentirse débil cuando el líquido empezaba a correrle por la sangre.

Una boba sonrisa escapa de su rostro sintiendo temblores.

Tenía la mirada en el techo suspirando hondo con una sonrisa, se retorcía en el sofá.

Era una sensación que jamás había experimentado, fue tan rara, pero no sentía dolor, sentía libertad y tranquilidad.

Su cuerpo se sentia bien estando sedado.

Eso era lo que quería desde hace mucho tiempo, sentirse en paz.

Pero no era la manera de estarlo.








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UY YA SEIS CAPITULOS SJSJSJSB OUYEA

ahora se le agrega otro problema al Memin 💀💀💀💀

Espero y les haya gustado, los quiero mucho Muakiii

❝Be My Daddy; Messi y Ochoa (AU)❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora