OCHO

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—¿De verdad es aquí? Ohh vaya que elegante es —

Guillermo entraba a la enorme cabaña escondida entre los pinos del bosque donde Lionel lo había llevado.

Era todo muy hermoso y con ese delicioso aroma a madera para nada tortuoso, sonrió emocionado tomando la maleta y llevarla a la habitación de la cabaña.

Estaba demasiado fascinado por lo hermoso que era.

No sabía que su padre de verdad había rentado una hermosa cabaña cinco estrellas, no sabía que tenían el dinero suficiente para ese tipo de cosas.

No lo tenían.

Messi sonrió ligeramente llegando a la habitación donde estaba el menor mirando lo feliz que se encontraba tocando con las manos todo lo que pudiera.

—¿Verdad que es hermoso no?— Ríe suavemente para colocarse detrás del chico y besarlo con necesidad dándole vueltas.

Guillermo ríe suavemente sosteniendose fuertemente del mayor, dejó el rostro en su cuello sonriendo emocionado.

—Me encanta, de verdad mi papá y tú se lucieron escogiendo todo esto. Esto le vendrá bien a él después de tanto que ha trabajo — Sonrió con total inocencia el chico tirándose a la cama abrazando las cómodas almohadas y sábanas de está.

Lio solo asintió lentamente sentandose en el borde de la cama acariciando mirando atentamente al menor. Quien se acercó lentamente dejando el rostro en el hombro del mayor dejándole un beso tierno en la mejilla suspirando hondo estando sonriente.

—Te amo— Se atrevió a decir Lionel acariciando el cabello del menor con delicadeza — Eres el chico más hermoso que he visto— Sonrió— Me alegra que seas mi chico—

Eso hizo que las mejillas del joven rizado ardan por la emoción, asintió lentamente abrazandolo con fuerza.

—¿De verdad soy tu chico?— Susurró acariciando su mano, observando el anillo de compromiso que hace un año le había dado a Lozano, aún así se atrevía a decirle que era su chico.

—Lo eres. Mi hermoso nene — Sonrió jalando del menor pegando la frente de ambos cerrando los ojos— Soy demasiado afortunado en tener a alguien cómo vos — Susurró acariciando los bellos rulos del chico— Soportas tan bien mi carácter, aceptas todo lo que quiero, jamás te niegas que te trate como una putita. Eso es lo que más me encanta de ti — Sonrió acariciando sus muslos lentamente.

Por favor Guillermo, mira, solo te trata como un juguete.

Guillermo se negaba a pensar ese tipo de cosas, solo le sonrió con ternura dejando un beso en la mejilla del mayor.

❝Be My Daddy; Messi y Ochoa (AU)❞Where stories live. Discover now