XVIII

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si ustedes vieran a jungwon ese ese trajecito de camarero entenderían la magnitud de la situación que estaba viviendo park. no dejaba de observarlo porque hasta juraba poder llorar por lo lindo que lucía. hikaru había sido una gran estilista, ¡y bendito sea el de la idea! porque mientras ellos atendían tan bonitos, el cliente tenía la oportunidad de pegarle pegatinas por todo el cuerpo y jungwon tenía cientos en el rostro que lo volvían loco.

sus amigos estaban acompañándolo en una mesa, charlando de quién sabra qué, pues su presencia se hallaba allí pero sus ojitos estaban encantados por un castaño con corazoncitos de colores pegados en el rostro. y sunoo estaba muy al tanto de ello.

—pues para qué andar hablando del equipo de básquet si nuestro capitán anda de porrista. —kim bromea causando que los demás rieran. —le faltan los pompones y estamos mis amigos.

—menos mal que jungwon no te gustaba. —niki le dice a la vez que le daba un toquecito en el mentón, solo para molestarlo.

—¿no se cansan de solo atacarme a mi? —park cruza tanto sus brazos como piernas, volviendo a pintar esa expresión gruñona. —debería cobrar por cada vez que me incluyen en sus conversaciones. sería millonario.

—¿aún más? por favor, jay. no seas codicioso. —jake le codea apenas, bebiendo de su café hecho por hikaru. —mucho menos te estamos atacando. es que ni atención nos das a nosotros desde que te sentaste alli.

—pues ni yo que tanto, aquellos andan en su propia burbuja y no le andan diciendo bobadas como a mi. —jay señala con la mirada al par en la punta de la mesa. los ojos se centraron en ellos y heeseung fue captado dándole a sunghoon de comer un mordisco de aquél pastelito de chocolate.

—¿nosotros qué? —pregunta lee.

—¿ven? ni siquiera estaban oyendo. no me hagan el único culpable de no oír su conversación.

jay siempre abultaba sus labios cuando de estar enfurruñado se trataba. él era de las personas que gesticula mucho con sus expresiones y gracias a eso –no verdaderamente– ocultar las emociones es algo que no le sale, por lo que la mayoría de la veces es bastante predecible o sencillo leer su rostro. con un vistazo ya tendrían en claro qué es lo que piensa y siente.

—¿k y nicholas van a venir? —la pregunta de hoon desvía el tema del cual hablaban. jay se removió un poco en su asiento al escuchar el segundo nombre ser pronunciado.

—nicholas dijo que vendrá él solo primero, k se acercará después con taki. —la respuesta de niki lo dejaba aún más intranquilo.

no es que desconfiara de nicholas o de jungwon, conoce al chino desde que sos pequeños y considerarlo un buen amigo sería poco del real puesto que se merece, pero el solo hecho de imaginarlos cerca del menor le desataba un sentimiento inaguantable en el pecho que, al final, le dejaba un mal sabor jugándole en la boca.

y los celos lo alcanzaban.

—¿a nicholas qué le interesará más, el café o los ojos de jungwon?

—¿eh? —jay es veloz en depositar su atención en jake cuando éste menciona a su chico después de un considerable silencio. —¿qué dijiste?

el australiano coloca dos manos al frente indicando la explicación que buscaba park. al girar obediente, hace que sus orbes chocaran con una escena que le crispó la piel. si bien pegar pegatinas en los camareros era parte del trabajo, porque lo hacía divertido y dinámico, no le encontraba una gota de gracia en el momento que el chino pegaba unas en forma de corazón en la hermosa piel de jungwon. a eso sumándole que  acomodaba en mechones su cabello castaño como caideles y lo hacía sonreír de una manera que no había visto nunca.

𝙈𝙄𝙉𝙀Where stories live. Discover now