Mu Yingyang levantó la cabeza. Estaba tan estimulado por Xiao Yuan y el aroma del Acacia Gu que todo su cuerpo ardía. No prestó atención a los movimientos a su alrededor, por lo que ni siquiera notó que alguien se acercaba.
Descontento de que Mu Yingyang se detuviera, Xiao Yuan puso sus brazos alrededor de su cuello y trató de tirar de él hacia atrás.
Mu Yingyang sudaba mucho pero se resistió.
—Shixiong, espera un momento, hay gente afuera.
Mu Yingyang aguantó con fuerza, pero Xiao Yuan volvió a aferrarse a los hombros de Mu Yingyang y mordió con fuerza su manzana de Adán. Mu Yingyang dejó escapar un gemido ahogado de dolor y placer. Xiao Yuan parecía saber que lo mordió y lamió el lugar donde acababa de morder. Mu Yingyang respiró hondo, agarró la mano de Xiao Yuan y jadeó:
—Shixiong, ¿vas a jugar conmigo hasta la muerte?
Tenía los ojos rojos, la ropa negra desordenada y el pelo largo esparcido por los hombros. Era un joven tan apuesto capaz atraer a muchas mujeres hermosas.
Los golpes en la puerta continuaron, cada vez más rápidos, acompañados de voces humanas.
—Maestro Mu, estamos buscando a alguien. Esta persona es muy importante, así que por favor déjanos molestar al Maestro Mu y permítenos entrar a tu casa para buscar.
—Ya estoy durmiendo —dijo Mu Yingyang con la mayor calma posible.
La persona afuera de la puerta hizo una pausa y luego dijo:
—Su Señoría tiene una orden, y no podemos dejar ningún rincón de la Secta Xingtian. Si el Maestro Mu no nos deja entrar, tendremos que irrumpir.
—¿Creen que pueden entrar? —el tono de Mu Yingyang era amenazante.
Los discípulos de la Secta Xingtian se miraron unos a otros por un momento, entonces el líder del grupo alentó a los demás:
—¡Adelante!
En cuanto dieron un paso, innumerables púas y espinas venenosas crecieron de repente en la puerta y las ventanas, cada una de ellas muy afilada, emanando remolinos de niebla negra.
—¡Cuidado, es venenoso!
Todos se retiraron de prisa.
—¿Cómo podemos lidiar con él?
—¿Probamos con fuego?
—No, ¿y si se prende la casa?
—Córtalas con una espada y corta todas las espinas.
Esta era la primera vez que alguien abrazaba, besaba y tocaba a Xiao Yuan desde que se infectó con el Acacia Gu. El Gu estaba particularmente excitado, convirtiendo a su portador en un hombre vicioso que avergonzaría a los trabajadores de los barrios de placer. Xiao Yuan ignoró por completo el movimiento exterior y siguió tirando del cinturón de Mu Yingyang. No tenía mucha fuerza y no pudo quitarle el cinturón, así que tomó la mano de Mu Yingyang y la apretó contra el interior de su muslo.
Mientras Mu Yingyang quería impedir que la gente entrara, también se tenía que cuidar del delirante Xiao Yuan. La mitad de su mente estaba concentrada en las espadas que intentaban entrar, la otra mitad en el cálido y fragante jade que tocaba. Estaba a punto de partirse. Miró la cara sonrojada y los labios de flor de ciruelo de su shixiong y se sintió desesperadamente enfadado y ansioso:
—¡¿Por qué ahora?!
Había tanta gente afuera, tan ruidosa, separada por una sola puerta. No podía hacer nada con su shixiong en esta situación. Mu Yingyang miró hacia la puerta y dijo:
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El mundo entero es mi crematorio + Extras [Español]
Historical FictionXiao Yuan tenía una gran responsabilidad. Debido a ciertas restricciones, debía llevarse bien con un grupo de escorias. Cuando la misión se completó, las restricciones desaparecieron, y Xiao Yuan gritó de alegría: ¡Ah, este es el sabor de la liberta...