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Hanni y Minji se conocían desde que la menor llegó a Corea por primera vez. No tardaron mucho en llevarse bien puesto que compartían cosas en común.

Minji siempre trató de buena forma a Hanni, la cuidaba y consentía, si ella estaba cerca, la menor no podía evitar sonreír.

Por eso fue que en algún momento Hanni terminó enamorada de su Unnie. Jamás le había gustado nadie como lo hacía Minji.

No estaba muy segura de que hacer al respecto, lo pensó mucho.
Tal vez solo era algo pasajero, pero mientras más meditaba más se daba cuenta que enserio sentía algo por ella.

Así que con gran valentía decidió confesar sus sentimientos.

Pero cada vez que lo intentaba se ponía demasiado nerviosa, siempre terminaba diciendo cualquier tontería. Y ese día no fue la excepción, ya era la octava vez que intentaba confesarse pero se salió por completo de sus manos.

Como antes dije, Hanni se ponía demasiado nerviosa. Aquellas palabras salieron antes de que siquiera pudiese procesarlas.

-Unnie quiero que me beses.

Minji parpadeo varias veces tratando de procesar lo que la menor le había dicho. La miró y Hanni tenía una expresión seria en su rostro, sin ningún rastro de que estaba bromeando.

Hanni por su lado estaba demasiado avergonzada de su repentina petición. Trató de ocultarlo poniendo su mejor cara de póker pero lo que no pudo ocultar fue el sonrojo en sus mejillas.

-Han-

-¡Te pago!

Su cerebro advertía que debía dejar de hablar, aunque las señales no llegaban del todo bien. Su mente había hecho cortocircuito y hablaba sin pensar.

-¿Pagarme? ¿De qué estas hablando, te sientes bien Hanni?

-Puedo pagarte, tengo dinero -empezó a buscar en su billetera-. Te pagaré cincuenta wones -sacó los billetes. 

-Yo-

-Tomelos Unnie - insistió sin mirarla.

Minji sonrió con ternura. Bajo la mano que le extendía Hanni y acarició su pelo.

-Entonces quieres que te bese.

El sonrojo de la pelinegra se extendió hasta sus orejas sin poder evitarlo. Ya sabía que había dicho una tontería y que probablemente a estas alturas Minji ya sabría de sus sentimientos.

-Lo haré-concedió la mayor.

Se acercó más a Hanni quien tenía el corazón a millón. No podía creer que enserio su Unnie iba a besarla, su ilusión cayó por los suelos cuando sintió unos labios en su mejilla.

Vio a Minji interrogante, ésta tenía una sonrisa de oreja a oreja.

-No tenías que pagarme por eso.

-No me refería a eso -bufó.

-¿Ah no? ¿Entonces?

Hanni no contestó, se limitó a rodar los ojos por el gran despiste de la pelinegra.

¡ 𝖳𝖤 𝖯𝖠𝖦𝖮 ! ; 𝖻𝖻𝖺𝗇𝗀𝗌𝖺𝗓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora