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Un grito resonó por todo el callejón, la sangre comenzó a manchar el pantalón de Takemichi mientras caía al piso. Mikey no se inmutó ante eso y realmente fue agradable escucharlo gritar por el dolor. Debía ser bueno el poder expresar lo mucho que algo podía llegar a doler.

—Pídeme perdón, Takemichi. Por dejar que Baji muriera, por no cuidar a mi hermana, por solo causarme daño. —un disparo más sonó, ahora en la pierna contraria. —Por haberme arrebatado a Kenchin, por dejar que mi bebé crezca sin un padre, por hacerme sufrir tanto. —verlo llorar y quejarse no era suficiente, no aliviaba su dolor. —Eres un inútil, Takemichi, ¿cómo es posible que mi hermano te escogiera? No puedo creer que exista tan mala suerte como para que el primer idiota que se topara por la calle fueras tú.

— ¿A qué te refieres?

—Si no te hubiera conocido estaría mejor, ¿qué has hecho para tratar de cambiar algo? ¿Cómo puedes estar tan satisfecho haciendo lo mínimo? Es que no logro entenderlo. —un disparo más, le dio en un hombro. Su cara de sufrimiento no era suficiente, su lloriqueo no era suficiente, su rostro de dolor solo le daba ganas de seguir disparándole, hacerlo sufrir más. — ¡Di algo! ¡Trata de defenderte! ¿Todo lo que digo es verdad para ti? ¡Me arrebataste todo!

—Nada de lo que diga podrá hacerte cambiar de opinión, Mikey-kun, pero créeme que no quise que todo esto pasara. —un disparo más, volvió a darle en una pierna.

—No me sirve de nada que tú no lo quisieras así, fue por tu ineptitud que todo pasó, ¿por qué lo intentaste siquiera? No lo comprendo, estoy seguro de que eras muy consciente de tú debilidad, pero incluso así volvías una y otra y otra y otra vez. ¿Por qué no te rendiste? ¿Por qué no te quedaste en el futuro en el que todo estaba bien? —disparó una vez más, le rozó una mejilla, pero no le dio de lleno. —Dime, Takemichi, ¿Kenchin estaba vivo en ese futuro? ¿Estaba bien? ¿Qué hacía? ¿En qué trabajaba? ¡Respóndeme, Takemichi!

—Draken estaba bien... —la última bala del cartucho fue a parar a un costado de su abdomen, le enojó de extrema manera que le confirmara que estaba bien, su vuelta en el tiempo fue lo que le llevó a la muerte. El cargador vacío cayó al suelo, lo cambió por uno nuevo. —Trabajaba con Inupi en una tienda de motocicletas... parecía que le iba bien... —se le dificultaba hablar, se sorprendía a sí mismo por aún no haber perdido el conocimiento. Tenía cinco disparos en su cuerpo, una herida en la mejilla que no dejaba de sangrar, a ese paso no lo lograría. La petición de Mikey es que nadie lo acompañara porque había cosas que debían hablar a solas. Realmente quiso confiar en él, pensaba que el Mikey que conoció en algún momento lo escucharía, hablaría con él y el futuro podría ser mejor con él a su lado, pero parecía que no, que solo sería un anhelo que no llegaría a ocurrir porque al levantar su vista Mikey le seguía apuntando con el arma. Sabía muy bien que todo lo ocurrido a Draken fue por su culpa y propia debilidad, pero no podía cambiar lo que ya había ocurrido.

Era muy consciente de lo mucho que Mikey estaba odiándolo, sus ojos lo decían todo y no podía culparlo, él también se odiaba por como todo había ocurrido. Fueron pocas las veces que lo había visto llorar y en ese momento parecía no contenerse mientras le gritaba y reclamaba cosas que estaban fuera de sus manos. Una de sus manos sostenía el arma que apuntaba hacia su persona, con la otra apretaba fuertemente la tela que se hallaba sobre su vientre. Había olvidado por completo que Mikey también era un omega, porque era tan fuerte que realmente no lo aparentaba y al ser beta no podía percibir su olor; por un momento cobró sentido que anteriormente mencionara un bebé. Hasta donde sabía Draken amaba a Emma, por lo que no se le ocurrió que pudiera haber algo entre ellos dos.

Comenzaba a darse cuenta de que Mikey le reclamaba como amante y omega que perdió al alfa que más amaba, y no como un hombre que perdió a su mejor amigo.

Nueve meses sin ti. [Drakey/omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora